Desde el interbloque de Juntos por el Cambio Santa Fe presentaron una iniciativa consintiendo la resolución 2.566 del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, respecto de la regulación del uso del denominado “lenguaje inclusivo” en los establecimientos educativos de gestión estatal y privada.

El proyecto del diputado provincial del bloque UNO, Walter Ghione, fue acompañado con las firmas de los legisladores Ximena Sola, de Juntos por el Cambio; Betina Florito, del bloque Encuentro Republicano Federal y Sebastián Juleriac Pinasco, del ARI Santa Fe.

“Confiamos que en Santa Fe se pueda imitar la decisión adoptada por CABA y evitar así cualquier obstáculo de aprendizaje para nuestros niños y adolescentes. La lengua española brinda muchas opciones para ser inclusivos sin necesidad de tergiversar ni agregar complejidad a la comprensión y fluidez lectora”, sostiene el texto del diputado y pastor evangélico.

El Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires comunicó la semana pasada a todas las escuelas porteñas, tanto de gestión privada como estatal, que regulará el uso de lenguaje inclusivo, es decir, aquel que se vale de la utilización de la “e”, la “x”, el “@” o de otras formas para neutralizar el género en las palabras. De esta manera se convierte en la primera jurisdicción en fijar posición sobre este tema.

“Estamos de acuerdo en que cada uno hable y se exprese como quiera, pero el lenguaje utilizado en el sistema de educación es el español y se deben respetar sus reglas gramaticales sin alterar su morfología”, aportó Ghione y completó: “La inclusión no se construye cambiando las reglas gramaticales, sino enseñando el respeto y amor por el prójimo”.

Finalmente, el legislador y pastor precisó sobre las "verdaderas necesidades del sistema educativo" y señaló: “Hoy en las escuelas y colegios de Santa Fe no hay gas natural en plena temporada de ola de frío polar, incluso me tocó recorrer una donde los estudiantes dan clases en tablones y sillas viejas.  Estas son las verdaderas demandas que debieran de estar en agenda de discusión y no estar debatiendo sobre si ponemos o no una “E” al final de las palabras”.