El 9 de diciembre de 2024, la vida de Jorge Ignacio Heinze, un joven de 29 años que es sobrino del exjugador de Newell’s y la selección argentina Gabriel Heinze, cambió para siempre: de vacaciones en Mendoza, sufrió un accidente de tránsito que le causó graves lesiones y derivó, entre otras cuestiones, en la amputación de la pierna izquierda para poder seguir viviendo.
A un par de meses de que se cumpla un año de aquel momento, Nacho visitó los estudios de Radio 2 y compartió en Podría ser peor su experiencia y mirada acerca de lo que le ocurrió, en medio de lo que describió como un continuo aprendizaje para adaptarse a una nueva forma de moverse, sentir y relacionarse con el mundo en general.
“Ahora estamos viendo las consecuencias, el siniestro vial fue mucho más heavy que lo que se ve por la pata. Me amputaron la pierna izquierda, pero lo grave fue el accidente en sí por cómo me cambió la vida en lo laboral. Soy profesor de educación física, tenía una vida hecha en Córdoba”, recordó sobre el accidente que sufrió cuando viajaba en auto con su pareja por Mendoza.
Poco tiempo después del choque, una vez que tuvo el alta médica y pudo volver a su casa, instalado de vuelta en Rosario, el caso particular de Nacho penetró en la agenda pública y se viralizó en redes sociales cuando se conocieron imágenes de su rehabilitación, antes y después de empezar a usar una prótesis, e incluso algunas secuencias con sus amigos en los que se lo vio tomándose con mucho humor el hecho trágico que lo marcó.
“Lo de la pata fue producto de la colisión. Pero tuve muchos golpes y fracturas. La quedé varias veces, estuve arriba y abajo. Si me preguntan cómo hice (para seguir adelante), no sé, tuvimos el accidente un lunes y me desperté el domingo siguiente. Miraba, estaban mi papá y mi mamá al lado, nunca nadie me dijo nada de la pata, yo estaba dormido cuando me la cortaron”, relató el joven entrerriano.
Y siguió: “Me acuerdo de todo del accidente, estaba consciente hasta que me sacaron del auto. La íbamos llevando todos los días. Tuve fractura de pelvis a libro abierto, que es cuando se abre a la mitad. Lo de la pierna fue bastante grave porque repercutía en la arteria femoral, era amputar para que este pibe levante porque se estaba muriendo”.
“Explicame todo porque es la primera vez que me falta una pierna”
En una visita reciente al médico, Ignacio Heinze le pidió que le expliquen todo sobre prótesis. “Es la primera vez que me falta una pierna”, le dijo, en tono de broma. Es la forma que encontró para atravesar la situación de tener que reaprender a moverse y a realizar prácticamente todas sus actividades diarias.
“En mi familia siempre fuimos muy unidos y hubo contención, no te digo que todo fue risas y color de rosas porque no fue así. Cuando te dicen que te entienden, en realidad no, porque es todo nuevo”, contó.
El joven entrerriano, que meses antes del accidente trabajó como profe en las inferiores de Newell's, también dijo que todavía mantiene su grupo de entrenamiento: “Amo mi profesión y sigo teniendo mi grupo de entrenamiento, es como que le voy buscando la vuelta. Se mostrará el burpee con la prótesis puesta, tenés que ir aprendiendo muchas cosas. Lo que tenía el Nacho de antes, cambió la bocha por completo”.
Sin embargo, pese al humor y a su fuerza de voluntad, el camino de la recuperación es lento. “Yo soy un loco que proyectaba todo el tiempo. Lo mío ahora es no tener dolor, porque sigo con muchos dolores, quiero despertarme, andar todo el día y no tenerlo. Me estoy asesorando sobre lo que es una pierna ortopédica. Cuando voy al médico, le digo explicame todo porque es la primera vez que me falta una pierna”, expresó.
Además, Nacho explicó que el mundo de las prótesis es amplio y lo comparó con tener un celular o un televisor, que puede ser de alta o baja gama: “Con la rodilla que tengo ahora puesta no puedo correr. Hay rodillas inteligentes que se adaptan a la caminata que vos tenés. Se cargan, tienen tiempo de uso, vienen con un microprocesador”.
“Se reniega mucho con las obras sociales y las prótesis son muy costosas. Soy nuevo en la discapacidad, necesitás mucho dinero o una obra social que te banque mucho. Ahora solo pienso en dar pasitos cortos, no puedo otra cosa”, dijo y abundó: “No me siento una persona muy capacitada para hablar de esto. Me tendría que asesorar un poco más. Veo mucha gente amputada en mi vida diaria y por ahí se acercan, nos ponemos a charlar”.



