La historia de Alberto y Gonzalo habla de amor, sacrificios, deseos y esperanzas. No hay límites para ver feliz al otro cuando de abuelo y nieto se habla. Oriundos de General Pico, La Pampa se viralizaron y trascendieron los medios locales llegando a Francia con el sueño de un Renault 12 de por medio. 

Alberto López fue mozo hasta sus 65 años que logró jubilarse. Trabajaba en el café Roma y los fines de semana atendía también en los bailes del Club Atlético Ferro Carril Oeste de General Pico.

Uno de sus nietos, Gonzalo Gorocito, es empleado en la Municipalidad pero además es DJ los fines de semana. Tiene 33 años y cuatro hermanos, uno de ellos es gemelo suyo, Elian. Todos son nietos de Alberto por parte de su madre.

La relación entre ellos se fortaleció por los golpes de la vida: primero fallecieron los papás de Gonzalo, y luego su abuela María Rosa, compañera de vida de Alberto. La angustia estaba debilitando la salud del abuelo. 

“Cuando se quedó solo no quería salir, estaba muy triste”, contó Gorocito en el programa El Contestador (Radio 2). Todos querían ver a Alberto mejor, pero Gonzalo fue quien se puso ese propósito al hombro.

Alberto perseguía un sueño desde su juventud: comprarse un R12.  “Ese sueño nace porque cuando era adolescente sus patrones tenían uno y él lo usaba”, dijo el nieto. Sin embargo, tras años de trabajo y esfuerzo ese anhelo seguía pendiente. 

“En Pico había uno que estaba en muy buen estado, y yo conocía al dueño. Cada vez que me lo cruzaba yo le decía que, si algún día se decidía a venderlo, me avisara primero, que yo iba a tratar de comprarlo”, relató Gonzalo. 

Gonzalo reparando el auto antes de regalárselo a su abuelo.

Y el día llegó. Era 10 de diciembre cuando el dueño del R12 lo llamó y le informó que ponía en venta el auto y que le daba todo el mes para que juntara la plata. “Justo coincidió con el fin de las restricciones de eventos multitudinarios que habían impuesto por el covid, yo había empezado a tener mucho trabajo con fiestas todos los días de cada fin de semana, entonces vi que podía reforzar un poco mis ahorros. Junté lo que tenía, lo que gané, y vendí la moto. No lo dudé ni un minuto”, confesó el nieto. 

Esa moto era su tesoro. La compró en 2011 y la cuidaba como a un hijo, sin embargo la alegría de su abuelo estuvo primero. Trabajó duro todo el mes. Juntó peso por peso y su gemelo le dio los 30 mil pesos que le faltaban para la compra del R12. 

El 26 de diciembre pagó el regaló para su abuelo. “Después de que falleció mi abuela, con mi hermano decidimos organizar una celebración de fin de año para levantar un poco a la familia, alquilamos una quinta para pasar el fin de año juntos. Yo estaba muy nervioso pero también tranquilo pensando que la sorpresa le iba a cambiar la cara a mi abuelo”, recordó Gonzalo sobre aquel día. 

Con respecto al momento en que al fin se concretó el sueño de Alberto, su nieto detalló: “Escondí el auto en una esquina y cuando terminamos de comer preparé la música, le dije unas palabras y aparecí tocando bocina. Me puse delante de él y le dije ‘Abuelo, este es tu regalo. Por fín vas a tener el r12’. Se emocionó y me abrazó”. 

El 31 de diciembre, como regalo de Año nuevo, Gonzalo le hizo entrega a su abuelo, del Renault 12 que siempre había soñado comprarse.

Ese momento se subió a redes y la emoción fue tanta que se viralizó de inmediato. Así fue que llegó a Pablo Sibilla, Presidente y Director General de Renault Argentina, que estaba de vacaciones en el sur y no quiso dejar pasar esa profunda histora de amor y admiración.

Para enero, Renault ya había hablado con Gonzalo y Alberto y tenían cerrado un acuerdo: restaurar gratis el auto en todo lo que le hiciera falta para dejarlo como nuevo, y además, regalarles el service de por vida. 

Alberto siempre soñó con tener un Renault 12, pero nunca lo había podido concretar. (Foto Renault Argentina)

El vehículo quedó como nuevo. Pero eso no fue todo, porque también les ofrecieron la posibilidad de conocer la empresa. “Nos pagaron todo para ir en abril a Santa Isabel, Córdoba”, contó Gonzalo y este lunes la historia de ambos llegó a la casa central de Renault en Francia. “Hicieron todo de palabra, cumplieron con cada cosa que dijeron, es increíble”, dijo. 

Con respecto al presente de Alberto, sostuvo que ahora “no está nunca en la casa. Se va a todos lados y se ofrece a hacer los mandados en el auto”. Para cerrar, el joven apuntó a la juventud con un conmovedor mensaje: “Llega un momento que nuestros papás o abuelos llegan a grandes, vivieron muchas cosas y los jóvenes solemos ser egoístas con eso, nos miramos a nosotros mismo pero todavía les queda mucho por disfrutar a ellos”.