Un informático y escritor llamado Roni Bandini compartió en sus redes sociales su más reciente invención: un dispositivo que utiliza inteligencia artificial para detectar música reggaetón cuando suena a través de parlantes y generar interferencias vía bluetooth.

El fabricante de este artefacto también es creador de una máquina para leer Rayuela de Cortázar, y de un muñeco Furby que habla como Borges, según lo describe un artículo de la revista Mundo Diners.

Según explicó él mismo mediante una publicación en su cuenta de Medium, el dispositivo fue entrenado con aprendizaje automático y está inspirado en el TV-B-Gone, un control remoto universal que sirve para controlar televisores en bares y restaurantes.

"El reconocimiento de la música se hace con IA, especialmente Machine learning. Descargué canciones representativas del estilo, las pasé a mono, bajé la resolución a16khz, hice un split de 4 segundos, usé un bloque de procesamiento MFE y un algoritmo de clasificación. Finalmente, exporté el modelo entrenado con extensión .eim para Linux bajo procesador ARM", describió.

El objetivo del invento bautizado como "Reggaeton Be Gone" fue, según relató Bandini, interferir un parlante de su vecino, que escuchaba canciones de ese género durante las mañanas. Y aunque el aparato no llegó a desconectar el parlante al otro lado de la pared, logró generar suficientes interferencias para que la otra persona tuviera que cambiarlo de lugar y ubicarlo más lejos.

"Definitivamente no es un éxito, pero tampoco una derrota", escribió el inventor, que publicó parte del código que desarrolló para el funcionamiento del dispositivo.

Cómo funciona el dispositivo que detecta reggaeton

El aparato está compuesto por piezas electrónicas dentro una caja metálica que tiene la estética de un reloj despertador. Cuando se activa, muestra en una pantalla el nivel de precisión con el que reconoce la música y envía las interferencias al parlante.

El propio inventor reconoce que el dispositivo tiene ciertas limitaciones técnicas y éticas, y que no pretende imponer su gusto musical a nadie: "No pude desconectar ningún parlante, pero sí interferir el audio. En cualquier caso, es necesario estar bastante cerca del parlante. O bien contar con una antena potente".

Por último, aunque aclaró que no se trata de un producto comercial sino de un experimento personal, propuso a quienes estén interesados en fabricar uno anotarse en un taller impartido por él mismo.