Luego de que la aerolínea se negara a cambiarle el asiento, un hombre comenzó a gritar que llevaba en su mochila una bomba. La sola amenaza obligó a suspender momentáneamente las operaciones del mediodía en el Aeroparque Jorge Newbery, de Buenos Aires, y dio paso a un exhaustivo operativo de búsqueda que finalizó cuando se corroboró que era todo una mentira. 

El responsable de la amenaza quedó detenido y a disposición de la jueza federal María Eugenia Capuchetti, la misma que tiene a su cargo la investigación del intento de magnicidio de Cristina Kirchner.

El Grupo Especial de Control de Explosivos y Armas Especiales (Gedex) de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) tuvo a su cargo la ejecución del protocolo de desactivación de explosivos ante la amenaza de bomba realizada por un pasajero que se disponía a abordar el vuelo 1484 de Aerolíneas Argentinas con destino a San Miguel de Tucumán.

Por otro lado y como el protocolo lo obliga, el avión debió ser trasladado a un sector aislado para ser inspeccionado de manera exhaustiva, como así también la tripulación y los pasajeros, con la colaboración del SAME y Bomberos.  

También se usó el servicio de canes entrenados en la detección de explosivos y un escáner móvil para controlar  todo el equipaje y la carga, que fue desparramada en la pista de aterrizaje.

Una vez que corroboraron que no existía ningún artefacto ni amenazas, se reprogramó el vuelo y todo continuó con normalidad.