El Tribunal Oral Federal de Paraná condenó a 10 años de prisión a un suboficial de la Policía de Entre Ríos, tras declararlo culpable de prostituir y explotar sexualmente durante una década a su esposa en ciudades de esa provincia y de Corrientes. La mujer fue rescatada en 2019 tras una denuncia a la línea 145.

El condenado Ángel Gerardo García, cumplía funciones en la Jefatura Policial de la ciudad de La Paz, pero vivía en Santa Elena, al igual que la víctima. Llegó al juicio oral y público con prisión preventiva en la Unidad Penal 1 de la capital de la provincia por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual.

El fiscal federal José Candiotti había solicitado al juez Roberto López Arango una pena de 11 años de prisión y que se disponga al automóvil de García, un Volkswagen Bora, como reparación por la violencia económica sufrida por la mujer, que es madre de dos hijos.

Candiotti afirmó que la víctima “fue tratada como mercancía, afectando su dignidad”. Señaló que se trató de un acto consciente de García, que sabía la “ilicitud de lo que hacía y la finalidad”. Además, el oficial aprovechó que era su pareja y que se encontraba “en situación de vulnerabilidad”. Según TN, el fiscal detalló que la mujer fue explotada sexualmente en diferentes localidades de Entre Ríos y también de Corrientes.

El 27 de abril de 2019 Gendarmería Nacional irrumpió en la vivienda en la que convivía la pareja y, tras constatar las denuncias, procesaron al suboficial y la mujer fue trasladada y asistida por el Programa de Prevención, Protección y Asistencia a las Víctimas y Testigos de la Trata y Tráfico de Personas de Entre Ríos.

“Con todas las violencias físicas, psicológicas, económicas, simbólicas y sexuales, García fue creando un encarcelamiento psicológico para tratarla como mercancía, afectando su dignidad y actuando con conciencia”, concluyó el fiscal.

Por su parte, la víctima, que declaró con una psicóloga en el juicio, relató que el policía la “invitaba” a tomar cerveza, la hacía cambiar de ropa, la obligaba a tomar pastillas y a mantener relaciones con hombres que la filmaban y le sacaban fotos que utilizaba luego para extorsionarla. Además, en su duro testimonio recordó que García la obligó a “estar con siete policías”, pese a su llanto y pedido desesperado.