En la costa de Aberdeenshire, en el noreste de Escocia, se encuentra Crovie, un pequeño y pintoresco pueblo costero que es un verdadero refugio para aquellos que buscan escapar de la agitada vida de la ciudad. Con sus estrechos caminos y casas robustas. Crovie es un lugar que se distingue por su singular distribución y su entorno natural.

Lo que hace a Crovie tan especial es que no hay calles ni avenidas que atraviesen el pueblo y ni siquiera se permiten autos ni bicicletas. Los visitantes deben dejar sus autos en un estacionamiento exterior y acceder al pueblo a pie, lo que realza su encanto pintoresco y aislado, según publicó el medio británico The Mirror.

La hilera de unas 60 casas se encuentra al pie de un acantilado escarpado, y los residentes transportan sus compras en carretillas, lo que añade a la singularidad del lugar.

Crovie es considerado el pueblo mejor conservado de Europa, y su espacio más estrecho entre la costa y el acantilado es único en Escocia. Aunque antiguamente fue un pueblo pesquero, una tormenta en 1953 arrasó parte del pueblo y obligó a muchos pescadores a trasladarse a otros lugares. Hoy en día, el lugar es un destino popular para aquellos que buscan paz y tranquilidad, y ofrece vistas impresionantes del mar y del entorno natural.