Después de varios intentos fallidos, la Nasa lanzó desde el Centro Espacial Kennedy de Florida su nuevo megacohete lunar SLS y la nave espacial Orion, en una misión de seis semanas alrededor de la Luna y de regreso a la Tierra. Se trata de la primera prueba de vuelo sin tripulación que busca regresar al satélite después de 50 años y preparar el camino para establecer la presencia humana a largo plazo.

Artemis I es la primera prueba de vuelo integrada del cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) de la Nasa, una nave espacial Orión sin tripulación y los sistemas de tierra en el Centro Espacial Kennedy de la agencia.

Si bien el huracán Nicole demoró dos días este lanzamiento, el despegue se produjo a las 6.48 horas UTC, (3.48 de Argentina), 44 minutos más tarde de lo previsto porque fue necesario reemplazar una conexión informática y subsanar fugas intermitentes detectadas horas antes durante el repostaje de la etapa superior con hidrógeno y oxígeno líquidos.

"Revisamos la configuración de nuestro vehículo desde la parte superior de la nave espacial hasta la parte inferior del cohete, incluidos el sistema de terminación de vuelo y las baterías que ya reiniciamos", dijo en una teleconferencia Jim Free, administrador asociado de la NASA para el desarrollo de sistemas de exploración.

Antes de regresar al hangar, los equipos repararon con éxito la fuga y demostraron los procedimientos actualizados de repostaje. Durante este vuelo, la nave espacial Orion volará más lejos de lo que jamás haya volado ninguna nave espacial construida para humanos.

El objetivo general del programa Artemis de la NASA es devolver a los humanos a la luna por primera vez en medio siglo. (Foto: EFE)

Viajará a más de 450.000 kilómetros desde la Tierra, miles de kilómetros más allá de la Luna y permanecerá en el espacio más tiempo que cualquier nave para astronautas sin acoplarse a una estación espacial y regresará a la Tierra más rápido y soportando más temperatura que nunca.

El objetivo general del programa Artemis de la NASA es devolver a los humanos a la luna por primera vez en medio siglo y la misión Artemis I, que se espera que sea la primera de muchas, sentará las bases, probando el cohete y la nave espacial y todos sus subsistemas para garantizar que sean lo suficientemente seguros para que los astronautas vuelen a la luna y regresen.

Cincuenta años después de la última misión Apolo, este vuelo de prueba no tripulado, que sobrevolará la Luna sin aterrizar en su superficie, busca confirmar si el vehículo es seguro para una futura tripulación.