El periodista, escritor y docente Néstor Sappietro murió este miércoles a los 63 años. Er. una voz singular y querida de la cultura rosarina, narrador de historias mínimas y profundas que encontraron en la radio, la escritura, la docencia y la creación audiovisual un territorio propio. “Tenía una manera inconfundible de contar: sensible, honesta, sin concesiones, capaz de convertir lo cotidiano en una causa digna de ser defendida”, definió su amigo Carlos del Frade, con quien participó en varios proyectos.
A mitad de este año, en julio, había presentado el segundo volumen de “Causas aparentemente perdidas”, relatos urbanos que buscaban reflejar la dignidad, el desencanto y las ilusiones del hombre común.
En su texto de despedida, Del Frade consignó que Sappietro ganó cuatro premios Martín Fierro.
Impulsó el grupo de realización audiovisual Octaedro,desde donde se pensó y produjo cine y video con identidad local. El legislador provincial recordó que también tuvo un rol clave como asesor legislativo en el proceso que culminó con la expropiación del edificio de la escuela Guido y Spano, una causa emblemática para la educación pública rosarina, donde puso cuerpo, cabeza y sensibilidad política.
Sin embargo, fue en las aulas de las escuelas secundarias donde encontró —según quienes lo conocieron— su verdadero lugar en el mundo. Allí volcó su pasión por la palabra, su mirada crítica y su enorme respeto por las y los jóvenes. Escritor, cineasta y docente, Sappietro encarnó una forma de entender la cultura como herramienta de transformación y no como mercancía. Tenía dos hijos, Lautaro y Julián, a quienes consideraba su mayor orgullo.



