Astrología y literatura. Diálogos cósmicos: Borges-Xul Solar. Pizarnik-Silvina Ocampo es un ensayo que "quiere transparentar, con todos los recursos posibles, el mundo de las relaciones, no solamente pensando en sujetos o en sujetos con objetos sino en el vínculo mismo. Es decir, en aquello invisible que nos enlaza”, detalla a Rosario3 la escritora y astróloga Claudia Aboaf sobre el título que publicó el último noviembre la editorial Lumen.

En el libro, la autora articula en duplas aspectos biográficos, astrológicos y literarios entre el escritor y el artista, y entre las autoras, para orientar una lectura multidimensional. Esas intersecciones abren interrogantes e invitan a preguntarse “si las relaciones tienen que tener formas definitivas y consensuadas”.

“Por ejemplo –añade Aboaf– si la amistad puede tener erotismo o eso es un escándalo. ¿Qué sucede cuando las cosas no son tan simples, tan clasificables, sino complejas?. ¿Qué pasa cuando no solo el amor sino también el horror es una guía para profundizar en nuestro cinismo?”.

¿Qué pasa cuando no solo el amor sino también el horror es una guía para profundizar en nuestro cinismo?”

Astrología y literatura surge a partir de una serie de charlas que la escritora dio en el marco de la inauguración de la Casa Museo dedicada a Xul Solar en Dique Luján (Tigre). Las disertaciones sobre el artista plástico que “solo vendió un cuadro en su vida, a su amigo Jorge Luis Borges” continuaron en otros espacios y habilitaron un enfoque sinérgico que se nutrió de las cartas astrales y un obsesivo recupero literario. En ese “encuentro de lenguajes”, los signos se conjugaron en una (nueva) gramática tan compleja como apasionante.

—En el ensayo, planteás que la “separación” entre lenguajes es una construcción que responde a una demanda “académica” pero que no es definitiva. ¿Cómo avanzaste en ese enfoque?
—Este libro apunta a una comprensión interconectada a partir de ciertas herramientas que tengo y conozco para hablar del mundo y de las relaciones, no solamente entre les humanes sino también con los animales, las plantas; con la biosfera toda. Es entender que nada se autoproduce sino que se cocrea. Todo se produce con otres y en constante interacción. Entonces, propongo hacer foco en esa mirada. Si me preguntás por las dificultades, bueno, fue mantener y sostener durante la escritura ese foco en el vínculo y no en los egos. Creo que esta mirada nos puede llevar a entender la realidad y el mundo de otro modo, ¿no?. Es volver a instalar una circulación de la vida muy distinta a la que tenemos ahora, separada, cortada, incluso en las materias que trato. Unir literatura, astrología y obra desde el punto de vista de la carta natal fue decir «bueno, no hay fronteras».

Unir literatura, astrología y obra desde el punto de vista de la carta natal fue decir «bueno, no hay fronteras»"

—Como ocurre en el cosmos...
—No olvidemos que la primera carta astral se hizo unos 400 años antes de Cristo y la última se está haciendo en este momento. Es decir, estamos hablando de una materia que resistió simbólicamente... Podemos tener momentos en los que, por ejemplo, estudiamos sintaxis y necesitamos una elaboración, pero por fuera de eso, el mundo del lenguaje es algo vivo. Eso es lo que a veces aterra a quienes lo quieren dejar quieto, como la RAE. Se podría decir que estamos “fundiendo el lenguaje” en el sentido de que estamos agotando el valor de estos signos y símbolos, y sus cargas de sentido. Eso sucede también cuando bastardeamos el lenguaje y los utilizamos para el odio.

Y continúa: “Les astrologues trabajamos con esa «materia sin control», como la llamo, que también ocurre con la literatura, y nos ofrece libertades infinitas. Es darle un sentido vivo a lo nombrado que todo el tiempo se está renovando. Ahí la astrología tiene algo para decir porque se trata de signos y símbolos cargados de sentido y sujetos a interpretación en donde opera la imaginación”.

La astrología se trata de signos y símbolos cargados de sentido y sujetos a interpretación donde opera la imaginación”

Astrología y literatura presenta a un Jorge Luis Borges “virginiano y estructurado” y a un Xul Solar “sagitariano con ascendente en Piscis" con "mucho de esotérico”. Ambos “se legitimaban” y “se complementaban” en un vínculo de afinidades y tensiones.

“A través de sus obras –indica Aboaf– puntualizo los extremos en los cuales estaban. Mientras Xul quería constantemente expandir, convencido en su visión utópica de la vida y del mundo, Borges se regía por lo pequeño, por pulir el lenguaje hasta la perfección. Entonces, pongo en juego estas dimensiones de uno y de otro, que también son sus visiones del mundo, y qué pasa cuando esas autopercepciones de «yo soy así y no voy a cambiar» se levantan”.

En el segundo cruce están Aljandra Pizarnik y Silvina Ocampo. Entre ambas se establece más que un vínculo de complementación, una relación espejada marcada por la diferencia de edad.

Del intercambio de correspondencias y escritos, Aboaf recupera a una Silvina “algo socarrona, rica, invisibilizada por su hermana (mayor) Victoria” y a una Alejandra que “es Tauro con luna en Leo, más etérea y con "ascendente en Aries”.

Entre Alejandra Pizarnik y Silvina Ocampo hay mucho Leo, mucho fuego (...) Me pregunto sobre esa relación inacabada que se interrumpe, en este caso, por un suicidio"

—¿Por qué elegiste a estas dos autoras en particular para pensar su vínculo?
—Ambas se ponen en combustión a partir de las prefiguraciones que tiene cada una de sí. Quería hacer un juego de luz y sombra. Es decir, no quería mostrar solamente relaciones más logradas, en los términos habituales. Digo "logradas" en el sentido de guiarme por una narrativa que de principio a fin resulta como esperamos. Por qué no pensar en esos encuentros que tenemos, que tal vez son más cortos o más complejos, incluso tortuosos, en un momento. Es ver al amor y al horror, y cómo estas situaciones también producen cambios y sacan potencialidades. Entre ellas hay mucho Leo, mucho fuego, por eso lo llamo "en combustión". Eso les permite "verse". Pasa que después no tenemos un final feliz, pero eso sucede. También me pregunto sobre esa relación inacabada que se interrumpe, en este caso, por un suicidio (Pizarnik) y en la que poco después comienza un proceso de Alzheimer (Ocampo). Al plantear el lugar de Leo me cuestiono si esas personalidades marcadas por el exitismo y la necesidad de ocupar lugares centrales pueden correrse para ocupar un lugar de irradiación.

֫—¿Pensás este método como herramienta de trabajo?
—Diría que es algo que ya está en mis libros anteriores. En El ojo y la flor (Alfaguara, 2019), por ejemplo, que es un registro que podés llamar “ecoficción” o “ciencia ficción climática”, indagué en distintas teorías científicas para escribir. Lo mismo pasó en (la también novela) El rey del agua (Alfaguara, 2016) donde estudié sedimentos e investigué mucho para hablar del río (Paraná). Si tuviera que pensar en un método, lo llamaría “seguir la pista de la intuición”. La intuición es la forma más irracional de la inteligencia y creo que hay que apostar a ella tanto cuando estamos elaborando un texto como en la vida en general. Es una categoría del pensamiento que es incluyente, digamos, inclusiva de muchos de los aspectos que nos conforman. Seguir la flecha de la intuición con toda la libertad que nos podamos permitir sería lo más cercano a explicar este método.

—En el comienzo de la charla hablaste de los “vínculos”, continuaste con la idea de “enlazar” sentidos y saberes orientados en la intuición. Es como un retorno a la naturaleza…
—Eso para mí se llama curiosidad. Y el mundo está para amarlo.