Decrépito e insatisfecho, Fausto invoca al diablo. A cambio de juventud, conocimiento y placeres, acuerda entregar su alma. Pero al momento de formalizar el pacto, no firma "el contrato".

Con adaptación y dirección de Gustavo Guirado, Fausto o la pasión según Margarita recupera la leyenda popular alemana. Unos 500 años después, enhebra posverdad y contemporaneidad argentina, mientras Margarita discute su histórica pasividad.

En esta versión, Edgardo Molinelli es “Fausto”, Anahí González es “Margarita” y Paula García Jurado asume el rol de “Mefisto”. 

En la obra hay un referencia directa a que no siempre nos engañan sino que buscamos ser engañados"

“Logramos una versión muy sui generis y que está relacionada con nuestra contemporaneidad, con la Argentina en que vivimos”, adelantó Gustavo Guirado. El dramaturgo y director dialogó con Rosario3.com en la semana previa al estreno, que es este sábado.

En la charla, el entrevistado explicó que la adaptación “no está tomada de (los Faustos de) Goethe y Marlowe, y que junto al actor y las dos actrices que la protagonizan “trabajaron un año en indagar de qué modo el diablo aparece en el imaginario popular”.

Además, advirtió que la presencia de las mujeres en la trama "es muy potente y singular": "Los tres personajes son centrales en el relato. La obra tiene un final distinto, y ese final está muy relacionado con el presente y el futuro de la mujer”.

fausto teatro
Prensa "Fausto o la pasión según Margarita"


—¿Cómo está expresada esa actualidad que mencionás?
—En las muchas versiones que tuvo el personaje de Margarita. Es un relato popular que tiene más de 500 años y sobre el que se han escrito y hecho películas, obras de teatro, cuentos. Siempre el personaje de Margarita –esa mujer que es entregada a un Fausto ya rejuvenecido– es casi una función para que se narre la historia: es un disparador. Aquí le hemos dado un lugar decisivo a tal punto que da vuelta la trama hacia un final inesperado. Y en relación a Mefisto (Paula García Jurado), en nuestra versión a veces es hombre y a veces es mujer.

La obra tiene un final distinto. Y ese final está muy relacionado con el presente y el futuro de la mujer"

—¿Y esa posibilidad estuvo desde el comienzo?
—Es una línea narrativa que era impensada para nosotros cuando empezamos a trabajar. Esto tiene que ver con la proposición poética de las actrices y que surgió durante los ensayos.. 

—¿De qué manera se organiza el anclaje en la contemporaneidad argentina?
—A que podamos ver que lo que siempre quisimos ver no necesariamente es lo real (…) Hemos buscado una sinestesia en la percepción del espectador. Hay una mezcla de sensaciones. El vestuario remite a una época, que es fines del s 19. También se trabajó una atmósfera a partir de pinturas de Caravalli, Botticelli y Picasso, con una composición visual referida a eso. Pero en lo que se dice, hay una tensión con toda esa historicidad. Hay en la obra una referencia a un universo que nos remite a la Argentina y que es, también, tan antigua como el hombre. Por ejemplo, eso que llamamos posverdad o el “mentime que me gusta”. Digo que hay un referencia directa al hecho de que no siempre nos engañan, sino que buscamos ser engañados. Esto, referido a lo político, ha develado la idea de un pueblo que ha sido estafado por el actual gobierno nacional. Y aclaro que en la obra no se alude directamente a esto. No, eso no ocurre. Hablamos de que compramos los relatos que queremos escuchar o ver. Darnos lo que queremos ver y no lo que es verdad es una de las funciones históricas del diablo. El diablo tiene la facultad de transmutarse en animales y objetos, puede camuflarse con distintas formas. Y siendo demonio, también puede camuflarse en cordero.

Darnos lo que queremos ver y no lo que es verdad es una de las funciones históricas del diablo"

—¿Qué más podés contarme de la puesta en escena?
—Primero quiero aclarar que, a mi modo de ver, la puesta en escena es siempre la dirección de actores. Yo puedo partir de una idea, pero es en el trabajo con actores que se construye. En este caso, le hemos dedicado una especial atención a la partitura sonora, desde la palabra hasta momentos claramente musicales. Para ello hemos trabajado con el entrenamiento vocal de la cantante rosarina Angie Cámpora. Y hay otro detalle: los personajes no entran a escena, aparecen. Es una percepción parecida a lo que nos ocurre con las pinturas de (Giuseppe) Arcimboldo, cuando la distancia da otra percepción. Es algo de la mímesis, del “cómo no lo vi antes”. Aunque, capaz que adelanté mucho.

Fausto o la pasión según Margarita se presenta este y los siguientes sábados de octubre y noviembre, siempre a las 21, en el teatro El Rayo Misterioso, Salta 2991.

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Prensa "Fausto o la pasión según Margarita"


Ficha técnica
Con Edgardo Molinelli, Paula García Jurado, Anahí González Gras.
Dirección de arte: Mauro Guzmán.
Vestuario: Ramiro Sorrequieta.
Sonidos grabados: Corcho Corts.
Entrenamiento vocal: Angie Cámpora.
Diseño gráfico: Esteban Goicoechea.
Producción ejecutiva: Yanina Mennelli.
Dirección y versión: Gustavo Guirado.