“Bésame ahora.
Antes que diga algo completamente inadecuado
no hay que desperdiciar una buena ocasión
de quedarse callado”


(Silencio, Jorge Drexler)

De presencias y ausencias se constituye un todo. Para que suene la música, hacen falta silencios. Relleno-vacío. Uno necesariamente en el otro para darse y darle existencia. Así, la falta es tan importante como la tenencia y lo mismo sucede con las expresiones del pensamiento. Lo que se dice o escribe, lo que se grita y se imprime, tiene su contrapeso en lo que se calla, se borra o se censura.

Qué se dice cuando se calla. La inquietud ancestral se renueva con la fuerza del presente, en un escenario del Monumento a la Bandera que se presta para ese juego. Así, la falta del presidente en el acto del 20 de junio tiene un significado, tanto como si hubiese estado. Su lugar vacío al lado del gobernador Lifschitz y la intendenta Fein revela tensiones de uno y del otro lado, las mismas que atraviesan el país en su costado político.

Lo que se dice. Desde el socialismo consideraron relevante haber dejado el acto a la gente. Como si pudiera ser de otros, señalaron que la ausencia presidencial permitió que se celebre la patria sin la política metida en el medio. Curiosamente, es un argumento muy usado por el PRO la demonización de lo político, que vale recordar, salió a acusar al gobierno provincial de tenderle una trampa a Mauricio Macri con una supuesta revuelta social, haciéndose propio el acto.

La política como corsé de ideas, cómo generadora del conflicto, como aplastante del juicio. La paradoja entonces fue que en medio de los cruces, se pusieron de acuerdo, justamente mientras se honraba a un verdadero animal político como fue Belgrano (¿hubiera ido él al Monumento?). Ahora, ¿es posible? Pueden las personas participar de un acto sin su costado político? Pueden dejarlo en casa y salir sin ideas o posturas? Más allá de gobiernos y gestiones que moldeen la fiesta patria, es imposible pretender que los ciudadanos asistan sin expresarse. Diciendo o callando.

Porque sin movilizaciones partidarias, el miércoles hubo manifestaciones, diversas, más o menos ruidosas. Y hubo gente que no fue, que no quiso ser parte.

Dicen que sólo oye el que quiere.