La Municipalidad, en conjunto con la Policía, puso fajas de clausura en una chatarrería de la zona norte que funcionaba sin inhabilitación, pese a que ya había sido dada por cerrada en noviembre de 2021. En el lugar hallaron 50 kilos de cables, entre otros elementos de procedencia dudosa. El responsable del comercio quedó a disposición de la fiscalía.

Los municipales del área de Inspección y de Control Urbano, junto con personal de la Comisaría 9ª, se presentaron este miércoles en un pasillo de Sabín (ex Travesía) al 1300 bis, intersección con Olivé, donde detrás de un portón negro funciona la compraventa de chatarra en cuestión.

Allí se entrevistaron con el encargado del negocio, identificado como Juan Ramón M (50) en cuyo despacho hallaron un revólver calibre .22, por lo que de entrada quedó demorado por tenencia de arma de fuego, indicaron las fuentes.

Los voceros del procedimiento dieron cuenta del secuestro de 50 kilos de cables; tres válvulas de gas; dos lámparas de alumbrado público; cuatro vallas de contención del predio del Club Rosario Central; una valla de Aguas Santafesinas; piezas propias de los cementerios, fusileras de la EPE; cadenas varias y motopartes, además de un pistolón antiguo, entre otros elementos.

También fueron secuestradas en forma preventiva dos básculas para pesar elementos.

El lugar funcionaba sin habilitación, y en noviembre de 2021 ya había sido clausurado, aunque –como quedó evidenciado– continuaba funcionando.