Un operativo policial y judicial permitió desactivar un búnker de drogas ubicado en la intersección de las calles Cabal y José Ingenieros, en el barrio Empalme Graneros. La vivienda, que funcionaba como centro de distribución, fue sellada para impedir nuevas entradas, aunque no fue demolida porque la titular registral es la madre de uno de los sospechosos, quien según las autoridades no participaba de la actividad ilícita.

La inactivación de este punto de venta y distribución de drogas se desprende de las averiguaciones que se hicieron a partir de un ataque a tiros que tuvo lugar en zona noroeste a principios de septiembre de este año. Una mujer de 36 años y un hombre de 34 fueron agredidos en Tupac Amaru y Nicaragua y terminaron en el hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). La mujer se llevó la peor parte, las balas la hirieron en piernas, brazos, tórax, abdomen y pelvis. El hombre, una fractura expuesta de tibia.

“De la investigación de la tentativa de homicidio se pudo dar con cuatro autores del hecho, hay dos que todavía están siendo buscados. Cuando se allanó esta vivienda en procura de los autores de la tentativa de homicidio se encontró gran cantidad de estupefacientes”, indicó en Cada Día (El Tres) el fiscal Adrián Spelta.

Por su parte, el fiscal Franco Carbone detalló los elementos secuestrados: “Encontramos más de 400 gramos en distintos trozos, compactos, y un montón de elementos de recorte y fraccionamiento como precintos, balanzas de precisión y demás”.

Carbone explicó que las pesquisas permitieron determinar que desde ese domicilio se realizaban deliverys de droga y que “tenemos indicios de que lleva más de un año trabajando”.

Como la propiedad pertenece a la madre de uno de los vendedores, las autoridades optaron por tapialar las distintas entradas del domicilio en lugar de derribarlo. “La mujer está totalmente alejada de la actividad delictiva de su hijo”, aclaró.