La madrugada de este jueves en Villa Gobernador Gálvez estuvo signada por disparos, persecuciones y el secuestro de dos autos que habían sido robados. Mientras se daba ese violento ajetreo, a las 2 en barrio Las Flores fue demorado otra vez Franco “Gatito” G., el adolescente de 14 años integrante de la banda villagalvense Los Picudos. Habían pasado poco más de 24 horas de su anterior arresto en una causa por homicidio. Un rato antes, su casa de Lavalle al 2500 fue incendiada y rociada a tiros, al parecer por personas que lo responsabilizan del crimen de Geraldine Gómez, la beba de 1 año y siete meses muerta en una balacera en barrio La Rana. La secuencia fue feroz: la Policía recolectó 60 vainas servidas frente al domicilio.

Antes de ese ataque, a las 23 –según informaron fuentes policiales–, desde Levalle al 2500 se originó una persecución entre un móvil del Comando Radioeléctrico (CRE) y un Mini Cooper rojo. El auto de alta gama iba en contramano y despertó sospechas. La persecución culminó con el hallazgo del auto en Arengreen al 5800 de barrio Las Delicias. Dentro del vehículo había un cartucho intacto, y un arma de fabricación casera tipo ametralladora calibre .380 con un cargador de 27 balas y un celular con la pantalla astillada.

El Mini Cooper, según fuentes policiales, había sido robado por la tarde en Balcarce y Garibaldi por asaltantes que encañonaron al dueño.

Pero mientras la Policía peritaba el vehículo, otra vez arreció la violencia sobre calle Levalle. Alrededor de la 1 varios llamados al 911 alertaron por una brutal balacera sobre el domicilio de la tía del adolescente integrante de los Picudos.

La mujer expuso a los agentes que desconocidos comenzaron a rociar con combustible la vivienda y echaron fuego, al tiempo que llovían las balas.

Controlado el incendio, mientras dialogaba con la Policía llegó un mensaje al teléfono de la mujer: “Se la van agarrar con la familia del Picudo y todos los que anden con el Picudo, que esto es por la pibita, que van a ligar las madres, hermanas, los hijos de las hermanas, todo, todo lo que están alrededor del picudo, no se va a salvar nadie”.

En el lugar juntaron 60 vainas servidas.

Al mismo tiempo también en Villa Gobernador Gálvez se reportó una balacera contra una vivienda de Mitre al 2500, a apenas una cuadra del brutal ataque que el lunes se cobró la vida de Geraldine y dejó heridos a un tío y a una abuela.

El auto señalado por este ataque fue un Peugeot 207 negro que los agentes policiales vieron en San Martín y Hortensia, a escasas cuadras del arroyo Saladillo. La corrida terminó hacia el este, en Termópolis y Pineda, y los cuatro ocupantes se perdieron en la noche antes de ser capturas, dijo una fuente del caso. Otra vez el secuestro dentro del vehículo fue un reguero de vainas: unas 30. Además, el Peugeot tenía pedido de secuestro por un haber sido robado el pasado 8 de junio.

La madrugada arrojó otro procedimiento que podría estar relacionado a la saga relatada.

Alrededor de las 2, por calle Guaria Morada al 7000 en Las Flores, agentes de la Policía de Acción Táctica frenaron la marcha de un Fiat Siena que iba a toda velocidad.    

Según indicaron de la fuerza, el auto frenó y el conductor intentó huir a la carrera pero depuso su intención. Al requisarlo, le secuestraron un arma 9 milímetros Pietro Beretta casi nueva. Tenía 13 cartuchos en un cargador extensible y otro proyectil en la recámara. Este joven de 26 años fue identificado como Brian Joel M., domiciliado en Villa Gobernador Gálvez.

Dentro del auto había tres menores de 14, 15 y 16. El menor no era otro que Franco “Gatito” G., integrante del clan Los Picudos. Horas antes investigadores del Ministerio Público de la Acusación (MPA) y de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) lo habían descrito como “mano de obra barata” en la economía del delito, víctima de la captación de bandas criminales. Al ser no punible, quedó en resguardo de la Secretaría de Niñez, tal y como ocurrió horas antes tras haber sido detenido por un homicidio.