El juez Alejandro Negroni dictó prisión preventiva sin plazos para un hombre investigado como coautor del crimen de una mujer llamada María Isabel Pereyra cometido en Villa La Cariñosa el pasado 25 de diciembre. El caso está calificado como un homicidio criminis causa, puesto que según la teoría de la Fiscalía, la víctima fue muerta a golpes para consumar el robo de las pocas pertenencias que tenía la mujer y no ser delatados.

El imputado al que llegó la investigación del fiscal Patricio Saldutti es un hombre de 30 años llamado Gustavo Ezequiel Carrizo, que esta semana cayó detenido en Villa Gobernador Gálvez, en un predio ferroviario de donde intentó hurtar metales. Al consultar sus datos, el sistema arrojó que tenía pedido de captura por el caso de María Pereyra.

El crimen de la mujer se conoció el 27 de diciembre cuando allegados a la mujer descubrieron el cuerpo en un pozo ciego ubicado en el fondo de la casa ubicada en un terreno de Vicente Medina al 4700, en la zona oeste. Pereyra se había mudado allí tres meses antes, desde el barrio Puente Gallego, contaron sus familiares.

Al conocerse el asesinato, la vecinal de ese barrio del extremo sudoeste recordó a la víctima: “Te quitaron la vida por un par de cosas materiales… Otra vida que se llevan estos rastreros HDP. Q.E.P.D. María. El barrio se queda con esta mujer luchadora, alegre, que se brindó tanto que le robaron su vida. JUSTICIA YA. ¡BASTA DE MATARNOS POR NADA!”.

Desde un primer momento la investigación apuntó a tres vecinos de Pereyra: Carrizo, ahora detenido, un familiar y la pareja de este. Conocido el hecho, el trío no pudo ser localizado y algunos testigos declararon que desde las primeras horas del día 26 estos intentaron vender las pertenencias de Pereyra, cuya casa se encontraba revuelta con evidentes signos de robo.

De acuerdo con la hipótesis del fiscal Patricio Saldutti, los imputados –dos tienen pedido de captura– se apoderaron ilegítimamente de las pertenencias de valor de Pereyra: una garrafa; un ventilador de pie; una pava eléctrica; un televisor de 32 pulgadas; un parlante con luces de colores; una billetera con documentos, tarjetas y dinero; zapatillas y un celular.

Todo ello mediante violencias ejercidas en el cuerpo de la víctima que le causaron su fallecimiento con la finalidad de facilitar y luego procurar la impunidad para los autores, dado que eran personas conocidas por Pereyra”, dijo el acusador.

Los imputados trasladaron el cuerpo hasta el fondo del terreno que compartían y lo descartaron en el interior del pozo ciego para luego taparlo con ramas. La causa precisa de muerte no está determinada, pero desde la Fiscalía aseguraron que se trató de una muerte violenta porque Pereyra tenía lesiones previas al fallecimiento. En la escena también se incautaron cinco cartuchos, lo que en un primer momento hizo suponer que la habían baleado. Sin embargo, estaban intactos, es decir, sin uso.

La investigación reveló que en las primeras horas de la madrugada del 26 de diciembre, los imputados ofrecieron a la venta los elementos sustraídos a los vecinos. El celular robado fue rastreado por las antenas y así los obtuvieron datos de quienes lo vendieron, confió una fuente de la causa.

Carrizo fue imputado bajo la figura de homicidio calificado criminis causa en concurso real con robo, en grado de consumado, y en calidad de coautor.

Según declaró el propio imputado, se encuentra en situación de calle y no terminó la escuela primaria. En la noche del jueves, el Comando Radioeléctrico de Villa Gobernador Gálvez lo aprehendió por un llamado al 911 que indicaba que dos sospechosos estaban sacando los hierros del predio del ferrocarril ubicado cerca del Anfiteatro Municipal.