El martes por la tarde, en la localidad bonaerense de La Lucila, se produjo un confuso episodio que incluyó un disparo de un automovilista a un repartidor de delivery. Un empresario creyó que un repartidor en moto lo seguía para robarle, se bajó de su auto de alta gama y sin mediar palabra disparó con su arma.

El propietario del vehículo notó que delante suyo circulaba un auto a baja velocidad, mientras que en la parte trasera se ubicaba la moto con el repartidor. De repente, el vehículo que estaba en frente frenó y dejó atrapado al empresario en el medio. Entonces, se bajó del coche y disparó contra un cantero ubicado en una de las casas para amedrentar a los presuntos ladrones.

Al sentir el disparo, el Fiat que circulaba adelante se dio a la fuga mientras que el repartidor se quedó en el lugar. Este último es un joven de origen venezolano, empleado de una reconocida aplicación de entregas a domicilio.

El hombre, que se dedica al rubro de la construcción, no tenía dudas de que el Fiat y el delivery actuaban de manera orquestada para robarle, según declaró luego.

A los pocos minutos llegaron los efectivos de la Comisaría N° 1 de Vicente López luego del llamado de los vecinos.

En cuanto al chico del delivery, colaboró en todo momento con la Policía, dijo que estaba trabajando en la zona y efectivamente se pudo confirmar que tenía la aplicación en su celular y la caja con la que hace los repartos. En definitiva, no pudo acreditarse el intento de robo.

Al empresario se le abrió un expediente en su contra por portación ilegal de arma incautada. Los investigadores descubrieron que el hombre de negocios cuenta con la tenencia legal del revólver pero no está autorizado a portarlo y mucho menos a disparar.