Se trata de un descubrimiento basado en una proteína en células humanas que había sido hallada en 2013, cuyos efectos fueron ahora publicados en la revista Frontiers in Cell and Developmental Biology, en la que los científicos dieron cuenta de su acción como agente capaz de prevenir el desarrollo de la fibrosis hepática, una enfermedad que, de no tratarse, puede derivar en cirrosis, falla hepática o cáncer de hígado.

"Alrededor del 45 por ciento de las muertes en el mundo desarrollado se debe a fibrosis severas", comentó Ricardo Dewey, investigador del Conicet, asesor científico y co-fundador de RadBio y autor responsable de la publicación.

La fibrosis consiste en la producción en exceso de tejido conectivo fibroso en lugar del tejido natural de un órgano durante un proceso reparativo, y puede producirse en cualquier órgano del cuerpo luego de una lesión o daño crónico o repetido.

El científico comentó que en el hígado "ante infecciones virales y parasitarias, o por el consumo excesivo de alcohol o dietas ricas en grasas y azúcares, se genera fibrosis. Si no se combaten las infecciones o se continúa con esos excesos, se desarrolla una fibrosis hepática que puede derivar, entre otras cosas, en una cirrosis".

Explicó que lo que se desarrolló "fue una tecnología consistente en una proteína de fusión, compuesta por la proteína descubierta en 2013 y un fragmento de un anticuerpo humano" que se probó "en un modelo animal de fibrosis de hígado".

"Inicialmente, lo que hicimos fue modificar genéticamente el hígado para que ese órgano genere la proteína de fusión, y pudimos comprobar que previene significativamente el desarrollo de la fibrosis", agregó.

Ensayos posteriores también incluyeron la administración de la proteína de fusión purificada por vía endovenosa, simulando lo que sería una potencial estrategia terapéutica, y se vio además la reversión de la fibrosis, y según precisaron desde el Conicet, se revertió "no solo en fibrosis hepática, sino también en fibrosis cutánea y pulmonar".

El investigador dijo que "esta proteína profibrótica que utilizamos como blanco no solo genera fibrosis sino que también cumple un papel fundamental en el desarrollo de tumores" por lo que "atacar y disminuir su presencia puede facilitar que el sistema inmune los detecte".

"Esta capacidad antitumoral de la nueva proteína ya la pudimos comprobar en modelos animales de cáncer de colon y de mama", destacó.

Por otro lado, agregó: "Otra cosa que observamos es que nuestro desarrollo tecnológico acelera significativamente la reparación de heridas cutáneas, y hemos obtenido evidencias iniciales que indican que podría usarse también como una estrategia para disminuir el envejecimiento de la piel".

La herramienta biotecnológica desarrollada cuenta con ocho patentes de invención otorgadas en Estados Unidos y varios países de Europa a nombre del Conicet y la Fundación Articular, y la licencia para su uso y comercialización es exclusiva de RadBio.