“Nosotros, en nuestro grupo, al que dimos en llamar ´Grupo Psico - Biológico´, intentamos argumentar los fenómenos psico -  emocionales y su impacto en la biología humana”, así comenzaba su análisis el doctor Marcelo Mariño, a quien, rosario3.com consultara, y sigue: “lo dicho me da pie para decir que el ser humano tiene varias dimensiones que lo conforman: una es la dimensión biológica; otra es la dimensión humana; pero podemos seguir habilitando otras: dimensiones intuitivas, espirituales, de la evolución propia de la especie, etc. Es decir, si nos quedáramos sólo en lo biológico, perdemos amplitud de mirada.

Yo diría que, en pandemia, las personas hemos reaccionado según la estructura psico- biológica que nos habita; y hemos tenido que recurrir, en estos momentos de peligro y amenazas, a nuestro baúl de herramientas conformado por que hemos heredado más los aprendizajes que hemos podido hacer  durante nuestras vidas.

Algunas personas sólo supieron, en pandemia, ir al frente, exigirse, lo suyo es ayudar para dar todo, no se han guardado nada; pero, en esta sobre exigencia, es probable que se hayan sentido solos, y con la sensación que han perdido a sus referentes destacados. Y esto los puede hacer entrar en crisis.

Otro grupo de personas, lo que mejor saben es cuidar y proteger, pero si la demanda fue muy alta, se pueden sentir desbordados: la emoción que habita a estas personas es la tristeza, la melancolía; ya que, se han sentido víctimas de un sistema que no los ha sabido cuidar a ellos mismos, y llegaron al ´burnout´, o cerebro quemado, han llegado casi al borde del desgaste, y de la depresión.

También hubo personas que creían que todo lo podían, como en una reacción megalomaníaca, pero debieron postergar sus proyectos; y, hoy, invadidos por la culpa, sienten que han postergado todo lo que ansiaban.

También está ese grupo de personas en los que el vínculo humano era lo más importante de sus vidas, donde comunicación y contacto eran sus representantes; éstos quedaron arrasados por el miedo y la ansiedad; y la incertidumbre al no poder concretar ese acto presencial, ya que la red de WhatsApp e internet se agota y requieren el cuerpo a cuerpo, hoy, imposible de practicar.

La biología tampoco se quedó corta y respondió a su modo, siempre que dejemos de pensar al organismo como una falla y demos un paso hacia la ficción veremos que, durante la primera etapa, más rigurosa, podemos ver cómo se expresaron algunos órganos: creo que el pulmón y el riñón fueron los referentes más importantes de esa primera etapa de la pandemia; lo que expresaban era la clara amenaza a sus vidas y a las de sus semejantes.

Pero en la segunda etapa de la pandemia, en este último trimestre, los órganos que yo he visto más representados son hígado y páncreas, y si sigo con la ficción, veo que acá lo que estuvo en amenaza es aquello construido por el ser humano, lo amenazado era su patrimonio y la continuidad de su vida y qué es lo que podrá dejarles a los suyos.

Acá vemos que cambió la trama vivencial, y la biología reacciona de otra manera, eligiendo otros blancos, poniendo en juego otros órganos; pero la pregunta que no nos podemos dejar de hacer es ¿qué necesitan los integrantes de cada uno de estos grupos y sus respectivas estructuras psico-biológicas y cuáles serían los satisfactores inmediatos.

En nuestro grupo de trabajo pensábamos que algunos necesitarán el juego, el ejercicio físico, la distracción; mientras que otros necesitarán el acompañamiento afectivo, volver a sentir alegría, sentirse cuidados. Y otros sólo necesitan saber cuándo termina esto; y alguien tiene que decírselo; y si la vacuna es la única herramienta.

Finalmente están los que solo necesitan un abrazo, un beso, un encuentro, una palabra; o sea, se argumentan en el contacto humano inter afectivo; sólo eso podrá darles alivio.

Yo creo que volver a la normalidad anterior es sólo regresar al sitio en dónde se generó el problema.

¿Los órganos afectados cómo reaccionan? Si uno comprende, ¿dejan de reaccionar?

Son las preguntas que nos tratamos de contestar. Cada individuo va a su baúl de herramientas para enfrentar las diferentes situaciones de peligro y amenazas y de estrés vivencial. Según lo que cada uno de nosotros pongamos en juego, podremos tener sólo síntomas psico emocionales y sentir miedo, angustia, tristeza, enojo. Si la trama continúa porque el voltaje es mayor, podrá tener sólo síntomas corporales: palpitaciones o cólicos, dolores, sensación de falta de aire, pero el pulmón está sano. Pero si la trama sigue y las respuestas biológicas que evitan que ese paso vivencial, haga un daño, y no son suficiente para evitarlo, el órgano puede hacer una denuncia ante un impedimento que le puso la vida y no ha podido superar de ninguna manera: no tenía referentes, no tenía herramientas propias, el obstáculo era vivido como si fuera el Himalaya; entonces su biología era su único recurso; y de ahí la enfermedad. La sociedad vive a la enfermedad como una falla, yo prefiero leerla como la expresión de esa vivencia que la persona no ha podido sortear.

¿Entonces tomará dimensión aquella frase que nos repetían los griegos a partir de Sócrates: ´conócete a ti mismo´?

Creo que sí; ya que, según lo veo yo, el modelo humano es un modelo de autogestión. Cuando estamos frente a un problema es bueno pedir ayuda, entre ellos al personal de la salud, a nuestro entorno vivencial: familia, amigos, afectos; pero, mientras tanto vamos pensando: si necesito ayuda financiera imagino un personaje; si necesito afectividad tengo otros personajes en mi vida que me pueden dar   respuestas. Si necesito cuidado porque me enfermé o me aislé. A todos estos personajes los voy a pensar cuando esté frente a esa carencia y los voy a poner en juego: voy a tocarles el timbre.

Pero la gestión la hacemos cuando reconocemos la necesidad. A veces nos demoramos en reconocerla. Muchas veces los profesionales de la salud preguntamos a quienes nos consultan: ´¿qué estás necesitando?´

Ahí puede llegar a abrirnos la puerta; pero cuesta, porque muchas veces detrás de la necesidad hay un miedo. A veces es una negación que es un mecanismo que tiene el cerebro humano para protegerse de algo. Por eso es tan importante reconocer nuestra necesidad y poner en palabras qué nos pasa; y tal vez, con la ayuda de quien confiamos encontremos el satisfactor.

Siempre expresar la necesidad es un gran paso.

*Marcelo Mariño, especialista en clínica médica, matrícula 11937

Consultorios del Británico, Jujuy 1540 Rosario