La enfermedad por Covid 19 fue definida como pandemia por la Organización Mundial de la Salud el 11 de marzo del 2020. En un largo semestre, la medicina está aprendiendo sobre la marcha.

Nos tocó leer y escuchar que la temperatura elevada frenaba el virus y al poco tiempo, la explosión de casos en Brasil. Éste y otros desconciertos, fueron también reportados en una reunión virtual organizada por la Universidad de Harvard en donde distintos referentes exponían la situación de su región. África esperaba un impacto devastador que no se vio reflejado en cifras, a su vez la población afrodescendiente se vio más afectada en EE.UU. En Italia, con las mismas políticas sanitarias el impacto fue distinto en el norte y el sur.

Mientras tanto en nuestro país se hace cada vez más difícil hacer respetar el aislamiento social, que es lo más concreto que tenemos en prevenir contagios. Una realidad inobjetable en conflicto con sus objetores.

Las personas con afecciones médicas preexistentes como la diabetes, han mostrado ser más vulnerables a la infección por Covid. Por ello se las incluye entre los grupos de riesgo.

Reportes epidemiológicos internacionales arrojan que en la población general, el 85% de los que se infecten serán asintomáticos o con síntomas leves y el 15% desarrollaran enfermedad y la tercera parte de ellos formas graves.

Por otro lado, en la práctica médica personal estamos viendo aparición de diabetes en el contexto de enfermarse por Covid, lo que sugiere su agresión directa al páncreas por mecanismos que se están dilucidando.

La revista The Lancet Diabetes & Endocrinology publicó en su ultima edición una encuesta realizada en Reino Unido, que reportó que el 30% de las muertes debidas al Covid, ocurrió en personas con diabetes y los niveles altos de glucosa en sangre se asociaron a malos resultados. Aquellos con diabetes tipo 1 tenían un riesgo de muerte casi tres veces mayor y aquellas con diabetes tipo 2 casi dos veces mayor de evolución fatal. Datos similares fueron aportados en el congreso europeo de diabetes en septiembre.

En nuestro país, la revista Argentina de Salud Pública, en su edición del 4 de agosto y en base a los primeros 116.974 casos presentó que la hipertensión arterial fue la comorbilidad más informada en casos confirmados de Covid (15,8%) y en fallecidos de más de 60 años (58,7%) .Mientras que, en fallecidos menores a los 60 años, la comorbilidad más frecuente fue la diabetes. Tres de cada diez (29,9%) de los muertos "jóvenes" por Covid tenían esta enfermedad.

Cuando las personas con diabetes desarrollan enfermedad por Covid, se vio mejor pronóstico en aquellos que tenían valores satisfactorios y estables de glucosa en sangre.

El 12,7 % de las personas mayores de 18 años en Argentina tiene diabetes. Me atrevo a decir entonces que todos tienen un familiar, un vecino, un compañero de trabajo, un amigo con diabetes.

Ante esto, desde el ámbito laboral, tanto público como privado, es imperativo respetar las pautas legislativas vigentes, garantizar en idénticos ámbitos la oportuna provisión de medicamentos e insumos. La diabetes no espera a nadie.

Todos somos insulinodependientes. La bendición de la llegada de la insulina, hace casi 100 años, permitió a aquellos que no la producen, tener una vida plena.

Sabemos que un mejor estado metabólico minimiza que la infección se convierta en enfermedad por Covid 19 y que en caso de enfermarse tenga mejor evolución. Un desafío para la persona y la sociedad que la contiene.

Algunas recomendaciones especiales para las personas con diabetes que plasmamos en las consideraciones la Task force de desastres de la Federación Internacional de diabetes para Sur y Centro América: cumplir estrictamente las recomendaciones médicas, que incluyen saber cuando concurrir a instituciones hospitalarias o convocar a servicios de salud; asegurarse de tener, a tiempo, suficientes medicamentos e insumos; estar conectados con asociaciones dedicadas al cuidado de la diabetes y personas con idéntica condición ante demoras o problemas logísticos en la provisión habitual; tener a mano productos azucarados para afrontar hipoglucemias; estar atentos y acatar las recomendaciones que emanen de las autoridades competentes.