Según una investigación realizada en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de España, las personas jóvenes podrían ser más susceptibles a efectos dañinos de los factores que favorecen la aterosclerosis. Dichos factores son el colesterol y la tensión arterial elevados.

Los resultados, publicados en la revista Journal of the American College of Cardiology, dan cuenta de que el control agresivo de los factores de riesgo debería comenzar en edades más tempranas de la vida por lo que, según detallaron los investigadores, se deben “cambiar las estrategias de prevención primaria”.

Aterosclerosis

La aterosclerosis subclínica a menudo progresa en personas de mediana edad, especialmente cuando los niveles de LDL-colesterol y la tensión arterial están elevados, incluso de manera ligera o moderada. Tanto la comunidad médica como la sociedad deberían ser conscientes de que la aterosclerosis es una enfermedad que puede detener su progresión si se gestionan de manera agresiva los factores de riesgo desde temprana edad.

Por ello, subrayaron, “un cribado de la aterosclerosis subclínica desde temprana edad así como el control agresivo de los factores de riesgo podría ayudar a aliviar la carga global de enfermedades cardiovasculares”.

A su vez, detallaron: "En este trabajo hemos identificado, entre otros hallazgos, que el impacto de niveles de colesterol y tensión arterial moderadamente elevados en la progresión de la aterosclerosis son mucho más marcados en personas jóvenes que en las más mayores”.

Investigación en personas asintomáticas

Existen pocos estudios en el mundo que evalúen la presencia de aterosclerosis silente, es decir, en personas totalmente asintomáticas, en personas jóvenes o de edad media aparentemente sanas y como esta enfermedad progresa a lo largo de la vida.

Más de 4.000 personas voluntarias de Banco Santander en Madrid de edad media y aparentemente sanas participan en un estudio de imagen no invasiva exhaustivo cada tres años de varios territorios arteriales (carótidas, femorales, coronarias y aorta). Además, se recogieron muestras de sangre para realizar estudios avanzados de medicina genómica, proteómica, metabolómica, etc.

El estudio PESA ya ha contribuido de manera muy importante al conocimiento de la enfermedad cardiovascular y es considerado el más avanzado en este campo.

Detección precoz

Este trabajo tiene implicaciones muy importantes en el campo de la prevención cardiovascular y en el de la medicina personalizada. En relación a la prevención, este estudio muestra que el control de los factores de riesgo (principalmente colesterol y tensión arterial) debería de iniciarse en edades muy tempranas, momento en el que las arterias son más vulnerables al efecto dañino de estos factores.

A su vez, los investigadores explicaron que “estos resultados abren la puerta a un abordaje de medicina personalizada, donde la intensidad de control de los factores de riesgo sea guiada por la presencia y progresión de la aterosclerosis silente identificada por tecnología de imagen”.

Una enfermedad reversible

La cardióloga Guiomar Mendieta, primera firmante del trabajo, añadió que “otro de los grandes hallazgos de este trabajo es que la aterosclerosis, que se había considerado hasta ahora un fenómeno progresivo irreversible, puede desaparecer si se controlan los factores de riesgo de forma temprana”.

La detección temprana y la modificación agresiva de los factores de riesgo, especialmente la reducción del colesterol LDL, pueden alterar el curso de la enfermedad. Todo ello, sostuvieron, lleva a cambiar “el paradigma”, con intervenciones tempranas, dirigidas y agresivas para cambiar el rumbo y evitar el inminente tsunami de enfermedad cardiovascular y otras enfermedades crónicas en nuestra población envejecida.

 

Fuente: SINC.