Una vacuna que tiene más de 100 años de vida, y que se utiliza para la tuberculosis y el cáncer de vejiga, también podría servir para frenar la diabetes de tipo 1. Así lo demostró un estudio clínico del Hospital General de Massachusetts en Estados Unidos.

La autora principal del estudio, Denise Faustman, directora del Laboratorio de Inmunología del Hospital General de la mencionada localidad, asegura que los resultados muestran que esta vacuna serviría "para reducir establemente los azúcares en la sangre a niveles casi normales, incluso en pacientes con enfermedades de larga duración".

Para llegar a esa conclusión, se analizaron a 52 participantes que tuvieran diabetes tipo 1 con dosis de la vacuna BGC (para la tuberculosis). Tras cuatro años, observaron que los niveles de HbA1c (azúcar en la sangre) habían disminuido entre el 15% y el 18%. Un año después, ese nivel de azúcar era del 6,1%, una cifra que estás por debajo del umbral de lo normal (del 6,5%) que se diagnostica en pacientes con diabetes, según consignó 20 Minutos.

La explicación se encuentra en que la vacuna utilizada para la tuberculosis (BCG) aumenta la producción de un tipo de proteína llamada TNF, la cual combate a células malignas y las restaura. Pero a su vez afecta los niveles de glucosa en sangre, pasando de la fosforilación oxidativa (medio para producir energía en el cuerpo) a la glicósis aeróbica (medio para producir energía durante el ejercicio aeróbico que requiere un mayor consumo de glucosa). Ese descubrimiento demostró que la vacuna de la tuberculosis podría servir como tratamiento también para la diabetes de tipo 2.

Este descubrimiento podría dar lugar a un tratamiento mucho más efectivo que el actual, y los expertos se fijaron el 2023 como el año en el que se podría implementar de forma masiva.