La escasez global de chips que comenzó a afectar a diferentes industrias meses atrás sigue generando inconvenientes en diferentes líneas de producción, y una de las empresas afectadas es Apple, que podría reducir la fabricación de los nuevos iPhone 13 en 10 millones de unidades con respecto a sus previsiones para fin de año.

De acuerdo con lo que informó Bloomberg, el fabricante estadounidense habría recortado sus planes de producción, marcados inicialmente en 90 millones de unidades, y los habría ajustado en 80 millones.

La decisión se debe a que los proveedores de componentes para procesadores de Apple, Texas Instruments y Broadcomm, no han sido capaces de proporcionar suministros suficientes. Esta situación impactó en las acciones del fabricante del iPhone, que caían un 1,2% en las operaciones posteriores al cierre, mientras que las de sus proveedores bajaban alrededor de un 1%.

El iPhone 13 Pro y el iPhone 13 Pro Max salieron a la venta el 24 de septiembre, pero los pedidos están experimentando demoras de un mes.

Los elementos que escasean están destinados a la fabricación de los circuitos de las pantallas OLED de los nuevos iPhone 13, así como de los componentes de conectividad a la red.

La falta de estos componentes ya afectó la capacidad de envío de los nuevos modelos de Apple a sus clientes. El iPhone 13 Pro y el iPhone 13 Pro Max salieron a la venta el 24 de septiembre, pero los pedidos están experimentando demoras de un mes, al tiempo que los nuevos dispositivos aparecen como "actualmente no disponibles" para su recolección en algunas de las tiendas minoristas de la empresa.

Estos problemas de suministro se enmarcan dentro de la escasez global que afecta a la industria de los semiconductores, utilizados para la fabricación de procesadores y que afecta a marcas y dispositivos electrónicos de todo el mundo desde mediados de 2020.