Al frente de la clase, la profesora de historia hace una breve introducción de los contenidos del día, donde empezarán a conocer y aprender sobre el Antiguo Egipto. Los chicos se ponen sus gafas de realidad mixta y, casi inmediatamente, un enorme globo terráqueo tridimensional se materializa frente a ellos en medio del aula. La representación digital del planeta comienza a girar, mientras la imagen se acerca rápidamente al noreste de África, recorriendo el valle del Nilo y deteniéndose frente a las enormes pirámides de Guiza. Los estudiantes, maravillados por las dimensiones de estas estructuras que se yerguen frente ellos, escuchan atentamente la explicación de la docente, quien señala los distintos aspectos históricos y arquitectónicos de estas megaconstrucciones.

Los alumnos recorren templos y monumentos de esta civilización mientras interactúan con diferentes objetos virtuales, resuelven enigmas y pintan jeroglíficos. En un momento se encuentran con estudiantes de otras latitudes que están conectados a la misma experiencia y se comunican con ellos mediante la voz. La barrera idiomática no es un problema, ya que la traducción automática en tiempo real hace fluir el intercambio entre los chicos sin obstáculos. En eso, un experto del Museo Egipcio del Cairo se une remotamente a la clase y guía a los alumnos hacia el interior de la Gran Pirámide.

Ahora imaginemos esta misma tecnología pero aplicada a las diferentes asignaturas. En literatura, para recrear escenas de clásicos como Romeo y Juieta, Moby Dick o el Martín Fierro. En ciencias naturales, para navegar por el cuerpo humano, los diversos ecosistemas de la Tierra o descubrir el universo en 3D. En física, para experimentar con la gravedad, la electricidad y el magnetismo. En arte, para crear y exponer obras en una galería tridimensional, recorrer esculturas e interactuar con obras de arte famosas.

Esta combinación entre tecnología y enseñanza tradicional con la incorporación de la realidad mixta, hará del proceso educativo una experiencia cautivante y dinámica, permitiendo a los alumnos vivir la historia en primera persona, facilitando el aprendizaje y transformando las clases en una aventura apasionante. El aula se convierte entonces en un escenario infinito, donde la curiosidad y el descubrimiento se entrelazan estimulando la exploración, la creatividad y el pensamiento crítico.

La realidad mixta puede transformar la educación en una experiencia cautivante

¿Ciencia ficción? Para nada. De hecho, en mayor o menor medida ya estamos interactuando, al menos tímidamente, con la realidad aumentada y la realidad mixta a través de nuestros teléfonos celulares. Aplicaciones populares como Instagram, TikTok y Snapchat hace tiempo incluyen filtros que agregan a nuestro rostro orejas, hocico y lengua de cachorrito, coronas de flores, variedad de anteojos, pecas o incluso maquillaje virtual capaz de sumar algunos puntos extras de atractivo.

Otra aplicación extremadamente conocida que ofrece funciones de realidad aumentada (RA) es Google Maps, a través del modo Live View. En este caso, utiliza la cámara del teléfono para superponer direcciones, nombres de calles e indicaciones de navegación sobre el mundo real, muy útil para orientarse y recorrer zonas desconocidas. Otra de sus funciones, Indoor Maps, proporciona este tipo de indicaciones para manejarse en espacios interiores de grandes dimensiones, como aeropuertos, museos y centros comerciales.

Google Maps Live View, realidad aumentada aplicada a la navegación

Esto que actualmente podemos hacer con nuestro celular es apenas el embrión de una tecnología emergente llamada computación espacial, un concepto relativamente nuevo que describe la integración de la interfaz gráfica de la computadora y sus aplicaciones con el mundo físico tridimensional que nos rodea. En este nuevo paradigma no hay teclados ni pantallas físicas para tocar, todo lo controlamos a través de gestos, nuestra mirada y nuestra voz.

La computación espacial engloba diferentes tecnologías, como la realidad aumentada (RA), la realidad mixta (RM) y la realidad virtual (RV) que si bien todas ofrecen experiencias inmersivas, cada una tiene características distintivas que las diferencian:

La computación espacial es un concepto relativamente nuevo

Realidad Virtual: es un entorno completamente digital generado por computadora que sustituye al mundo real. Esto se logra a través de hardware específico como los lentes de realidad virtual, que cubren los ojos y los oídos aislando al usuario del exterior y creando la sensación de estar presente en otro lugar. Se suele utilizar para juegos, entretenimiento y capacitación.

Realidad Aumentada: combina elementos virtuales con el mundo real, superponiendo información digital en tiempo real sobre el entorno físico. Esta tecnología se experimenta a través de dispositivos como smartphones, tablets o lentes especiales. Mediante realidad aumentada se pueden ver gráficos, texto, imágenes u objetos 3D que se integran al entorno real.

Realidad Mixta: Es una combinación de realidad virtual (RV) y realidad mixta (RA). La realidad mixta va un paso más allá de la realidad aumentada, al permitir la interacción entre los elementos digitales y el entorno físico mediante el uso de lentes especiales que permiten superponer y anclar objetos virtuales al entorno real de manera más precisa. La realidad mixta también puede rastrear el movimiento y la posición del usuario en el espacio. Esto significa que se puede interactuar con objetos virtuales como si fueran físicos, caminar alrededor de ellos y tener una sensación de profundidad. Por ejemplo, ver un objeto virtual en una mesa y caminar alrededor de él para verlo desde diferentes ángulos o lanzar una pelota virtual con nuestra mano y hacerla rebotar contra una pared real.

La computación espacial revolucionará la manera en la que interactuamos con el mundo que nos rodea a través de una enorme variedad de aplicaciones en diferentes ámbitos. Ocio, educación, trabajo, salud, manufactura, deporte, comunicaciones... Prácticamente no existe sector donde ésta tecnología no pueda realizar un aporte sustancial, creando entornos híbridos inmersivos donde elementos reales y virtuales se relacionan entre sí.

Capacitación laboral con realidad mixta

Estas últimas dos semanas han sido especialmente alentadoras para el futuro de esta tecnología. Del 31 de mayo al 2 de junio, se llevó a cabo la decimocuarta edición de la Augmented World Expo (AWE) en Santa Clara, California. Esta convención es el principal evento a nivel mundial dedicado a la realidad aumentada (RA) y la realidad mixta (RM), donde los líderes de la industria exponen y comparten sus últimas innovaciones.

Grandes nombres como Microsoft, Lenovo, Magic Leap y Snap estuvieron presentes en esta exposición. Durante este evento, Meta, líder indiscutible con el 80% de participación en el mercado de la realidad extendida, anunció sus últimos lentes de realidad virtual y realidad mixta, los Quest 3. Saldrán a la venta antes de fin de año a un sorprendentemente económico precio de USD 499, al menos para un dispositivo de estas características. Esto sucedió apenas unos días antes de que Apple presentara sus impresionantes nuevos lentes, los Vision Pro, que se lanzarán el próximo año a un valor de USD 3.500. 

Google también pretende salir a pelear su lugar en el incipiente mercado de la computación espacial tan pronto como en 2024, compitiendo directamente con Meta y Apple. Para esto se asoció con Samsung y el fabricante de procesadores Qualcomm el pasado febrero, aunque sin dar muchos detalles excepto que esta alianza se enfocará en la realidad mixta. Google tiene experiencia en esta tecnología, muchos recuerdan el malogrado lanzamiento de las Google Glass en 2013, consideradas no sólo caras, sino extremadamente invasivas.

Apple Vision Pro extiende la interfaz gráfica al mundo que nos rodea

Si bien actualmente la tecnología de realidad mixta es, además de costosa, incómoda de llevar por largos períodos de tiempo, esto definitivamente cambiará en los próximos años. La miniaturización de los componentes, la disminución de los precios y la creciente aceptación por parte de los consumidores la convertirán en un elemento tan común y omnipresente como lo es hoy en día el celular. En su momento, un incómodo y voluminoso ladrillo, con una autonomía marginal y un precio sólo para ricos.