El Pentágono confirmó que se encuentran realizando tareas de rastreo sobre un cohete lanzado por China que estaría fuera de control y en proceso de regresar a la atmósfera de la Tierra, y desde la Nasa alertaron que sus desechos podrían representar una amenaza puesto que la trayectoria del artefacto no se dio de forma regular.

El regreso del cohete Long March 5B, que despegó el pasado jueves desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de la ciudad de Wenchang, provincia de Hainan, se espera para este fin de semana, según un comunicado del Departamento de Defensa a partir del rastreo que está llevando adelante el Comando Espacial de Estados Unidos.

Si bien la mayoría de los desechos espaciales se queman en la atmósfera, el aparato de 22 toneladas que fue lanzado por China con el fin de seguir construyendo su propia estación espacial, llamada "Tiangong", generó preocupación entre las autoridades de la Nasa.

El núcleo de 30 metros de altura del Long March 5B se prepara para una de las mayores reentradas incontroladas de la historia dado que no fue diseñada para ser dirigida, por lo que no tiene una trayectoria para caer en el mar en un punto predeterminado.

Debido a que el punto en que el cohete entrará a la atmósfera no puede ser identificado hasta horas antes de su llegada, el monitoreo de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio se lleva adelante minuto a minuto, según reportó la cadena CNN.

"Esperamos que vuelva a entrar en algún momento entre el 8 y el 10 de mayo. En ese período de dos días, da la vuelta al mundo 30 veces. Está viajando a 30.000 kilómetros por hora. Entonces, si estás a una hora de adivinar cuándo baja, estás a 30.000 kilómetros de decir en qué punto", explicó el especialista del Centro de Astrofísica de la Universidad de Hardvard, Johathan McDowell.

Además, el experto advirtió que es casi imposible predecir con exactitud el lugar en el que impactará, aunque también aseguró que las posibilidades de que perjudique a un individuo son bajas.

Un astrofísico de Harvard descartó mayores riesgos pero criticó el diseño del cohete chino, que sí podría representar un peligro.

"No creo que las personas deban tomar precauciones. El riesgo de que haya algún daño o de que impacte a alguien es pequeño, no insignificante, podría suceder, pero el riesgo de que impacte es pequeño. No representa una amenaza personal", dijo el astrofísico.

Luego hizo un pronóstico: "Si alguien quiere apostar en qué lugar de la Tierra aterrizará, que apueste por el Pacífico, porque es la parte más grande de la Tierra. Es así de simple".

Un diseño peligroso


Más allá del bajo riesgo de daños que implica este cohete en particular, el especialista remarcó que el mayor peligro se encuentra en el diseño negligente que no respeta las normas actuales, según las cuales se debe calcular la trayectoria de reingreso para asegurar una caída en el mar.

"Con el Long March 5B China no adoptó ninguno de estos enfoques, sino que diseñó la etapa central para que se quedara en órbita y volviera a entrar en algún lugar al azar una semana después gracias al arrastre atmosférico. Este enfoque de diseño es negligente en comparación con los estándares actuales de otros países", remarcó McDowell según el portal de la cadena DW.

Con el objetivo de llegar a construir su propia estación espacial para fines de 2022, China tiene previsto realizar más lanzamientos del Long March 5B, con al menos otros dos módulos de 22 toneladas.