Este martes la Justicia federal decidió, en un fallo dividido, absolver a todos los policías imputados por la desaparición seguida de muerte de Franco Casco en octubre de 2014. A la espera de que se publiquen los fundamentos de esta resolución, Diego Álvarez, que en ese momento era el jefe de la comisaría 7ª, habló en Radio 2 y relató su versión de lo que ocurrió el día que detuvo al joven de 22 años. Defendió su inocencia y dijo que si aún no se sabe qué paso con Casco "es porque desde un primer momento se siguió una sola línea de investigación" y la investigación no se abrió a otras hipótesis.

“Yo era el comisario de la 7ª. Mi trabajo consistía en tener diálogo constante con la ciudadanía, entregando tarjetas con mi teléfono y poniéndome a disposición de los vecinos. Siempre les decía que si veían algo sospechoso no duden en llamar al 911 o a la comisaría y, si no llegaban los móviles, tenían mi número para llamarme”, sostuvo Álvarez en Radiópolis.

Tras esa aclaración, recordó: “El 7 de octubre recibo una comunicación telefónica diciendo que había personas sospechosas merodeando en el barrio. Cerca de las 13 salgo en el móvil y hacemos un recorrido por esa zona. A la única persona que vemos en la vía pública recostado al lado de un árbol es a la que nos acercamos para identificarla. Cuando nos acercamos, esta persona se persigue, agarra un adoquín y nos empieza a decir que no nos acerquemos, que no le hablemos y nos empieza a insultar. Cuando nos amenaza comete el delito de atentado y resistencia a la autoridad”.

“Fue en esa circunstancia que Casco fue detenido y trasladado a la comisaría donde se llevaron adelante todas las actuaciones ordenadas por el fiscal. Yo llevo adelante la detención y lo traslado a la comisaría. Durante la detención me rompe la manga de la camisa. Esa camisa fue sometida a pericia y el informe arrojó que la rotura que tiene se dio en la forma en la que yo lo puse en el acta de procedimiento” continuó su relato Álvarez.

Una vez que lo ingresó a la comisaría, el superior policial explicó que lo dejó a disposición de la guardia mientras él se retiró a labrar el acta de procedimiento. “Con Casco estuve 15 minutos que es el momento de la detención, llevarlo a la comisaría y dejarlo”, aseveró.

Después de eso, Álvarez aseguró que Casco permaneció en el recinto que se conoce como “transitorio” hasta que recuperó su libertad a las 22. “Por los informes que yo tengo de mi personal, dentro de la comisaría se comportó de forma correcta y no tuvieron ningún inconveniente”, señaló.

Con respecto al espacio en el que estuvo todo ese tiempo detenido, el por ese entonces comisario explicó que el término “jaulita”, como trascendió que se lo conocía, fue lanzado durante la construcción del hecho que hizo la Defensa. “Si vos ves las declaraciones de los detenidos y las audiencias, encontrás que las declaraciones testimoniales escritas que le toman en la Fiscalía federal están totalmente amañadas. Hay detenidos inclusive que cuando se presentaron a declarar y les leían la declaración que supuestamente habían hecho, decían que era su firma pero nunca habían relatado eso y todos mencionaron ese espacio como «el transitorio»”, explicó.

“Es un recinto aislado y cerrado para que la persona no se escape mientras llevás adelante las diligencias procesales que el caso requiera. Ahí estuvo Casco desde las 13.30 hasta las 16 que se lo saca para hacer fichas. Volvió a ingresar y se lo mantuvo ahí hasta las 19.30 que es el momento en el que el fiscal (Álvaro) Campos ordenó que se lo saque y se lo lleve dentro de la jurisdicción a dar vueltas con el móvil para ver si se ubica”, agregó Álvarez.

Según sus dichos, el joven no se pudo ubicar en la zona y por eso lo ingresaron nuevamente al cubículo y permaneció allí hasta que recuperó la libertad a las 22. En todo ese tiempo, Álvarez aseguró que no hubo ningún tipo de inconveniente ni problema con el detenido.

“Puede pasar que dentro de la comisaría alguien se quiera autolesionar o lesionar a alguien más. Pero inmediatamente el personal vuelve a hacer otro acta de procedimiento donde hace constar que aparte del motivo por el que la persona está detenida, ocurrió eso. Si hubiera pasado, el personal hubiera hecho el acta y documentado esa circunstancia”, aseveró el policía.

Consultado sobre qué es lo que cree que pasó una vez que Casco salió de la comisaría, Álvarez aclaró que las conjeturas se pueden llevar al infinito. “Podría decir que lo agarró Gendarmería y lo tiró al agua, o que volvió a su casa y que, como está documentado, él tenía problemas con Darío Retamar que es su primo. Se pudo haber peleado, su primo lo mató, lo tiró al agua y su familia lo encubrió. Son infinitas las conjeturas”, aseveró.

“Lo que está documentado en el expediente es que Franco Casco quería volver a la casa de sus padres y sus hermanos le decían que no volviera. También está documentado que Casco había tenido problemas con la ley en su ciudad natal Florencio Varela y que tenía depresión porque poco antes se había peleado con su pareja”, agregó Álvarez.

Con respecto a la denuncia de que al momento de encontrar el cuerpo del joven en el río estaba atado, el ex comisario aseguró que “está documentado que las sogas fueron utilizadas para el rescate y no estaban atadas al cadáver”.

“El método de extracción de Prefectura es mediante el sistema de cabos. El tema es que alguno de los que estaba en el lugar sacó fotos y esas fotos le llegaron a la doctora Matilde Bruera, que dijo que las encontró en un sobre que le tiraron por debajo de la puerta”, sostuvo.

Sobre ese tema agregó: “En los informes del doctor Esperanza plantea que hay tres elementos que desmienten que haya estado atado con sogas. Por un lado, el tipo de nudo utilizado no sirve para sujetar durante demasiado tiempo. Segundo, el estado de la soga no se condice con un elemento que haya estado sumergido durante 20 días en el agua. Por último, si esa soga hubiera estado atada al cuerpo, habría dejado una marca o impronta advertida por la autopsia”.

La denuncia de “armadores políticos”

Con respecto al descargo que los policías imputados venían haciendo desde hace un tiempo sobre que la causa Casco era una “causa armada”, Álvarez aseguró que “la política ayudó a que esta causa llegue a dónde llegó”.

“Nosotros nos hemos manifestado públicamente sobre algunos funcionarios políticos que consideramos que fueron los verdaderos armadores de esta causa. Está plagada de elementos que hacen ver y conjeturar que estos armadores quisieron llevar la causa hasta esta instancia”, añadió.

“Imagino que la finalidad era política. En contra del Estado provincial que en ese momento el signo político era el Socialismo. Hay archivos donde se ve al defensor Provincial (Gabriel Ganon), que es el jefe de los defensores de toda la provincia cantando en la puerta de tribunales, «a Franco Casco lo mató la policía». Si el jefe de los defensores está en la puerta de Tribunales diciendo que a Franco Casco lo mató la policía ¿Cómo esa persona podría defenderme?”, reclamó.

A eso le sumó que el momento en el que fueron detenidos por la investigación fue en septiembre del 2017. “Era el momento en el que mayor trascendencia había tomado la causa (Santiago) Maldonado, y era el momento de toda disputa por desaparición forzada. Muy cercano a las Paso 2017”.

“A esos indicadores además le sumamos la participación de personas como Diego Rodríguez de Derechos Humanos a quien algunas de nuestras defensas han pedido que se lo impute judicialmente por falso testimonio que ha quedado en evidencia. Él comete falso testimonio porque dice que habló con detenidos que le dijeron que Casco estaba golpeado, pero no los puede identificar”, resumió.

Por último, Álvarez aseguró entender que el pensamiento mayoritario considere que a Casco le pasó algo dentro de la comisaría, pero insistió con que las pruebas que demuestran lo contrario son abundantes. 

Puede ser sospechoso que una persona pasa por una comisaría y después aparece muerto. Pero eso hay que investigarlo hasta las últimas consecuencias. Acá lo que pasó es que se investigó hasta las últimas consecuencias, se documentó toda la prueba y nunca se encontraron elementos que rompan mi inocencia y lo que sí hay son pruebas que demuestran que Casco se retiró de la comisaría vivo, ileso, no había sido maltratado y demás”, insistió.

“Que quede impune es porque desde un primer momento se siguió una sola línea de investigación. Acá se dijo que a Franco Casco lo mató la policía y nunca se permitieron seguir otras líneas”, concluyó.