El secretario de Industria, Claudio Mossuz, junto al director nacional de Compre Argentino y Desarrollo de Proveedores, Julián Hecker, mantuvo un encuentro con dirigentes de la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA) con el fin de buscar alternativas que permitan que el astillero UABL de Punta Alvear continúe funcionando.

Tal como informó Rosario3, el astillero -lìder nacional en la fabricación de barcazas- dejó de funcionar a principios de mes tras varios meses de prolongada inactividad.

Si bien la histórica bajante del río y la menor cosecha de soja de Paraguay redujeron el tránsito fluvial (y por ende la demanda de nuevas barcazas), todo el sector arrastra problemas estructurales ya que por la presión tribuaria y los costos productivos argentinos no puede competir con los astilleros de Paraguay.

Dedicada a la construcción de barcos, buques oceánicos, barcazas, petroleros, de pesca, metalmecánica y asistencia offshore, empezó a funcionar en 2009 y llegó a tener 200 trabajadores. En la actualidad cuenta con 50 trabajadores.

Luego del encuentro Mossuz manifestó que durante el mismo “coincidimos en buscar una solución a la problemática que está afectando a esta empresa. Fue la segunda reunión por el tema, que nos preocupa y ocupa, por lo que estamos trabajando para no perder una industria emblemática de nuestra provincia. Es el astillero más grande de barcazas que hay en Argentina y uno de los más modernos".

"Transmitimos el firme propósito de encontrar una solución a este problema que involucra a 25 operarios suspendidos, para que la actividad vuelva al astillero”, agregó el funcionario.Por último, Mossuz indicó que se trabajará “en la posibilidad de hacer contacto con empresas estatales y privadas que puedan estar interesadas en invertir en esta firma”.

Millonaria apuesta

Con una inversión inicial de 55 millones de dólares, Ultrapetrol inauguró el astillero en diciembre de 2009 en un predio de 14 hectáreas generando más de 200 empleos directos. La empresa estaba presidida por Felipe Menéndez Ross.

Su inauguración fue en pleno boom de la soja y marcó el resugir de la industria naval argentina, ahora más volcada al tránsito de granos por la hidrovía y no tanto al tradicional negocio marítimo. Y buscó a hacer punta en las necesidades de renovación de la flota barcacera que transita por la hidrovía que era básicamanente usada e importada de Estados Unidos. Si bien las líneas son de bandera extranjera, apostó a competir con tecnología para tener competitivad en el precio y mejores embarcaciones. Y vaya que tuvo éxito ya que desde Alverar se botaron unas 300 embarcaciones.

Caída y reconversión

No obstante, en la medida que la inflación fue aumentando costos, las regulaciones de los convenios laborales no aflorajon y la presión impositiva se fue incrementando, la empresa empezó a perder contratos. En paralelo, las empresas del grupo (Ultrapetrol, UABL Argentina y UABL Paraguya, éstas últimas navieras) se fusionaron en Atria Soluciones Logísticas. Pero, por los costos estructurales, ni a la propia empresa unificada e integrada le terminaba conviniendo encargar la compra de barcazas a su astillero

Lo cierto es que la actividad fue bajando y en 2017 la planta estuvo casi un año cerrada. Hacia 2019, y con la espalda de tener tecnología fabril de punta, apostó a un estudiado plan de reactivación para incorporar la fabricacación de barcos pesqueros, el único negocio que -a nivel de astilleros- más o menos sigue caminando en el país. También apuntaron al negocio de embarcaciones para el negocio de gas y petróleo. Y con nueva gerencia general, el astillero encaró un fuerte trabajo de poscionamiento.

No obstante, el intento no prosperó en el largo plazo. Y a las razones estructuales se sumaron el impacto de la menor actividad fluvial por la sucesión de históricas bajantes en el río Paraná y las menores cosecha de soja de Paraguay llevando a la plata a cerrar puertas.