Las tecnológicas de Rosario recibieron con mucha satisfacción la reciente sanción de la ley de “Economía del Conocimiento”, que trae alivios fiscales al sector, pero igual pero marcaron algunos puntos no claros que se deben resolver en la reglamentación y piden un mecanismo de adhesión simplificado.

“Es una ley bienvenida y muy esperada. En lo que hace a las empresas tecnológicas de la ciudad, en su gran mayoría podrán aplicar y sacar provecho. Y otro beneficio es que a diferencia de la anterior ley de promoción, que sólo aplicaba para el software, ahora se comprenden más sectores, como los de la bioeconomía, por lo que habrá más empresas de la región que podrán acceder a los beneficios”, le comentó a Rosario3 Juan Pablo Manson, presidente del Polo Tecnológico Rosario (PTR). También resaltó que la ley permite a startups calificar para acceder a la promoción fiscal.

En diciembre pasado se venció la ley de software, que beneficiaba con rebajas fiscales a las empresas tecnológicas. Sin esa promoción, a las empresas se les complicaron las exportaciones y por eso estaban ansiosas por la sanción de la nueva ley. En rigor, el gobierno de Mauricio Macri había dejado un nuevo esquema para reemplazar la ley de software, pero la nueva administración de Alberto Fernández lo cambió y por eso hubo 10 meses de demora por debates, que las empresas sufrieron en carne propia. Más aún cuando luego estalló la crisis del coronavirus y la pandemia complicó todo el escenario de negocios.

Que un sector pujante, que además demanda mano de obra intensiva, haya quedado enredado en los pasillos de la política causó un daño innecesario, pero las tecnológicas quieren dar vuelta de página y, con, la ley sancionada en la mano, mirar hacia adelante.

Y es ahí cuando aparecen los puntos sin resolver que la reglamentación de la nueva norma –que genera estabilidad fiscal, rebajas en contribuciones patronales y alivio en Ganancias- deberá zanjar.

“La adhesión debe ser simple. No debe convertirse en una sucesión de trámites interminables, costosos y complejo que haga que las empresas decidan no adherirse”, apuntó Manson. “Hay que ver cómo será el formulario de Afip y los criterios de categorización de pyme que se utilicen ya que el que la escala que se elija puede alterar el nivel de beneficios que reciba la empresa”, agregó. Es que la nueva ley, a diferencia de la vieja, prioriza los beneficios en las pymes. “Hubiésemos preferido que no  haya esa segmentación, porque así no se quita incentivo al crecimiento, pero entendemos el contexto de escases de recursos fiscales”, aclaró el presidente del Polo.

Otro tema importante es aclarar cómo será la exigencia para mantener la plantilla de trabajadores, condición para acceder a los beneficios. “Este sector tiene una dinámica propia. Hay mucho tránsito de de empleados y muy alta rotación, y por eso puede haber meses en que la empresa tenga menos empleados, pero no por decisión propia sino porque los empleados decidieron irse”, advirtió el empresario.

Además, hay otros puntos a resolver: cómo se aplicará el bono que recibirán los beneficiarios para pagar IVA y cómo concertar la modalidad de liquidación del impuesto a las Ganancias para las firmas que ya estaban comprendidas por la promoción de la industria del software, vigente hasta diciembre pasado.

“Hay un borrador de la reglamentación. Lo importante es que no se demore la reglamentación y que esté antes de fin de año. Ahora, el gran trabajo de la red de entidades del sector es dialogar con las autoridades”, finalizó Manson.