Ámsterdam puso en marcha una iniciativa inédita en esa ciudad: la instalación de urinarios en la vía pública. La idea es evitar la micción en las calles de la capital holandesa. Los urinarios están camuflados como macetas.

La empresa alemana GreenPee (cuyo nombre "orina verde" en inglés suena fonéticamente a GreenPeace) es la responsable de los urinarios públicos en momentos en que bares y restaurantes comienzan a recuperar su actividad después de meses de confinamiento por la pandemia de coronavirus.

Los hombres pueden orinar en los macetones disimulados y la orina termina sobre una base de cáñamo que después se usa como fertilizante. El cáñamo se obtiene de la planta de cannabis. En rigor, durante el día parecen adornos como macetas, y por las noches se pueden usar para orinar.

Hay unidades simples y dobles. Las primeras cuestan 4 mil euros y las segundas 5 mil, y requieren un mantenimiento permanente, que contempla su limpieza y la recolección de la orina acumulada. La iniciativa recuerda el modelo de baños transparentes que se comenzaron a usar en Tokio.

En 2018, también se pusieron en práctica en algunos puntos más transitados de París, urinarios de diseño más básico.