El caso de Esteban Brian Fernández, el trabajador del supermercado La Reina que sufrió un puntazo fatal durante el intento de robo de su bicicleta, se cerró este viernes con un juicio abreviado en el que el acusado firmó una pena de 15 años de prisión.

El monto de la pena que recibió Jesús Ángel Morales (35), el condenado, fue producto de un acuerdo entre la fiscal Georgina Pairola y la defensa, luego de que el acusado pasara dos años y ocho meses en prisión preventiva. La sentencia, por homicidio en ocasión de robo, fue homologada por el juez Ismael Manfrín.

El asesinato ocurrió el viernes 20 de enero, alrededor de las 21.50. Fernández, de 31 años, iba en bicicleta hacia su casa tras salir de trabajar en el supermercado ubicado en San Martín y Ayolas. Morales –que vivía en Valparaíso al 3100– se le interpuso en la ciclovía de 27 de Febrero al 3300 para asaltarlo. El trabajador intentó resistirse y Morales le asestó un puntazo debajo de la tetilla izquierda. La víctima murió pocos minutos después a causa de un shock hipovolémico por hemorragia torácica masiva.

El atacante huyó con la bicicleta rodado 26 a su lado, pero la abandonó cuando vecinos que habían presenciado lo ocurrido comenzaron a gritarle. En la escena del crimen también dejó el cuchillo utilizado.

Esteban, siendo recordado por sus allegados en San Martín y Ayolas.

Increíblemente, Morales se entregó en la sede de la ex Agencia de Investigación Criminal pocos días después del crimen, vistiendo ropas con restos de sangre. En ese momento no estaba identificado, al menos por nombre, como sospechoso, pero luego las piezas encajaron en el rompecabezas investigativo.

Llevaba puesta una musculosa gris, una bermuda de jean y un par de zapatillas deportivas. Una pericia con luminol dio positivo en restos de sangre tanto en la bermuda como en el calzado, según la información que hizo pública la fiscal.

Entre los indicios presentados durante la imputación se reprodujeron videos que muestran al sospechoso en la huida. De acuerdo con las imágenes, el acusado escapó por Iriondo y luego dobló por pasaje Independencia.

En esos registros también se observó que vestía una indumentaria similar a la que llevaba cuando se presentó ante las autoridades.

La fiscal Pairola destacó además los testimonios de varios testigos que presenciaron el ataque y la fuga del sospechoso. Entre ellos, dos personas que lo vieron de frente y que llegaron a pensar que también iba a robarles, ya que les hizo un ademán de tener un arma entre sus prendas. Esas personas lo señalaron en una rueda de reconocimiento.

En la audiencia imputativa ante el juez Nicolás Foppiani, Morales declaró no saber leer, aunque sí escribir, y haber cursado hasta tercer grado de la escuela primaria. Negó haber sido el autor del hecho, pero el magistrado le dio la razón a la fiscal.

Ahora, a pocos meses de cumplirse tres años del episodio, el acusado se hizo cargo del homicidio y optó por no ir a juicio oral.

Por aquellos días, Joel, el hermano de la víctima, había especulado con que al entregarse Morales estuvo mal asesorado por su abogado: que quizá “pensó que iba a entrar y salir”, o que “estaba bajo los efectos de alguna droga, o perseguido”. Meses después, Joel falleció producto de un cáncer.

“Tenía 31 años, no tenía maldad, amaba a su familia y a su trabajo. Era una persona de bien”, había dicho sobre Esteban en Radiópolis (Radio 2) Romina, cuñada del joven y viuda de Joel.

“Joel estuvo al frente de la lucha pidiendo justicia para que el asesino de su hermano fuera juzgado. Pero lamentablemente no soportó la pérdida: en agosto falleció por una enfermedad que no pudo superar. Yo sigo en su lugar, esperando la sentencia y que, cuando esto suceda, los dos puedan descansar en paz”, remarcó la mujer en enero de 2024.