En medio de una sucesión de incidentes y balaceras en Villa Gobernador Gálvez, la Policía aprehendió al padre de un recluso vinculado con la banda Los Monos. El hombre fue denunciado por amenazar a una mujer con un arma de fuego y exigirle dinero. Así, terminó alojado en la Comisaría 25ª, pero la Fiscalía le otorgó la libertad con formación de causa y la obligación de presentarse en el Centro de Justicia Penal para escuchar los cargos en su contra.

El detenido es Cristian A. Avalle, de 49 años, homónimo de su hijo, el recluso federal Cristian Nicolás “Pupito” Avalle, de 27.

Pupito posee un abultado prontuario por delitos cometidos desde el encierro, tras haber caído preso en marzo de 2019 por el robo calificado de un auto. Mientras cumplía una condena de cuatro años por ese hecho, se vio involucrado en causas de narcotráfico y en un secuestro extorsivo, lo que le sumó 14 años de prisión en una sentencia del Tribunal Oral Federal N°3 de Rosario, que juzgó a notorios miembros de Los Monos.

En paralelo, Avalle cometió una retahíla de extorsiones, ordenó balear locales e instigó homicidios, hechos de los que se hizo cargo en un insólito acuerdo de partes en el fuero provincial, por el que aceptó nada menos que una pena de prisión perpetua. Nunca, sin embargo, se ventiló cómo accedió –durante años– a teléfonos celulares desde el encierro.

Conflictos

En la tarde del martes, Avalle padre fue denunciado por amenazar a una mujer en pasaje Thompson al 100. La presunta víctima señaló que el hombre apareció armado en su casa y le exigió una suma de dinero. Ella aportó una dirección, y personal de la Policía de Acción Táctica aprehendió al sindicado y lo trasladó a la Comisaría 25ª.

Ya entrada la noche, la fiscal Karina Bartocci le otorgó la libertad, le formó causa y lo citó a audiencia imputativa.

La aprehensión y posterior liberación del padre de Pupito se produce en un contexto de alta conflictividad en la vecina localidad. Su vivienda había sido blanco de un ataque a tiros –con más de 30 disparos– el 14 de julio. Entretanto, una serie de balaceras y heridos de arma de fuego dejó entrever un persistente conflicto entre bandas que recrudeció en los últimos meses. Por otro lado, hace una semana, Nahuel Landriel, un recluso ligado a Avalle y a su secuaz Héctor Daniel “Gordo Dani” Noguera, fue imputado por mandar a prender fuego una panadería de San Diego al 400. El ataque estaría vinculado a un pedido extorsivo de dinero, un rubro delictivo enquistado en Villa Gobernador Gálvez.