La causa que investiga el trasfondo de la balacera a la casa de Norma Acosta, cometida en mayo pasado, avanzó este miércoles. La Fiscalía aseguró que se trató de un autoatentado encargado por la mujer, que de víctima pasó a ser imputada como instigadora. En la audiencia ante la jueza Eleonora Verón también estuvo presente el barrabrava converso Juan José Gómez, de 26 años, que de integrar Los Guerreros pasó a ser fotografiado en el paravalanchas leproso. Para el fiscal Pablo Socca, Acosta encargó la agresión a Gómez, quien dispuso de los tiratiros que efectuaron cinco disparos contra el domicilio. La magistrada dictó seis meses de prisión preventiva para ambos por intimidación pública agravada por el uso de arma de fuego y por la participación de menor de edad, en concurso ideal con abuso de armas.

De acuerdo con la investigación del fiscal Socca, Acosta –una mujer de alta exposición en las páginas judiciales– instigó la balacera contra su propia casa de Larguía al 3400 con el objetivo de instalar públicamente “la sospecha de una represalia cometida por la Policía de Santa Fe”.

Y en pos de “colocarse como víctima de un supuesto atentado que tendría aparente explicación en las denuncias de corrupción realizadas por ella, en redes sociales, los días previos, contra jefes policiales de la Unidad Regional II, generando conmoción y temor en la sociedad por la gravísima situación –en apariencia– ocurrida”.

Ocurre que el 5 de mayo –dos días antes de la balacera–, la Fiscalía provincial había librado 34 allanamientos y 16 detenciones de uniformados en la causa por malversación de fondos para combustible, situación que provocó el desplazamiento de jefes y la intervención de la URII por parte del Ministerio de Seguridad.

La acusación señala que Acosta quiso “posicionarse mediáticamente como una persona perseguida por las fuerzas de seguridad, usufructuando la posibilidad de prestar declaración testimonial como «víctima» para instalar hipótesis investigativas ficticias y fraudulentas y para introducir información falsa e incriminatoria sobre jefes policiales, por razones a la fecha desconocidas”.

La causa por la caja negra de las partidas para combustible, que instruye el fiscal José Luis Caterina, se conoció en mayo con la redada de Asuntos Internos. Pero en febrero Norma Acosta había hecho pública en sus vivos de Facebook una denuncia que, luego se probó, tenía muchos puntos en común con esa carpeta judicial del MPA. Lo expuesto por Acosta –con nombres y apellidos– tenía además otro capítulo relacionado con una caja negra del narcomenudeo. Como sea, nunca estuvo claro si el informante que acercó esos datos a Acosta había hecho lo propio con la Fiscalía.

"Te escribo si pasa algo"


A criterio de la Fiscalía, Acosta dejó cabos sueltos que la incriminaron en el autoatentado, además de haber incurrido en el delito de falso testimonio al asegurar ante la prensa, ante personal Asuntos Internos y la Fiscalía que quienes dispararon a media mañana del 7 de mayo fueron los ocupantes de un VW Voyage, en teoría vinculados con un exjefe del Comando Radioeléctrico.

La investigación detectó que, por razones ajenas a Acosta, la balacera se postergó. La demora quedó expuesta en un chat con su pareja, recuperado de un celular secuestrado. En las últimas horas del 6 de mayo, Acosta, que esperaba que dispararan contra su casa esa noche, escribió resignada: “Parece que acá no va a pasar nada, así que me acosté”.

La respuesta del novio de la mujer fue la sugerencia de que abortara el plan: “¿Por qué no llamás y dejás eso de lado, eh? Me parece a mí, pero bueno, qué sé yo. Manejalo”.

Acosta fue más explícita en la respuesta: “Yo ya comí y me acosté. Estos se piensan que uno va a aguantarles la vela. Que hagan lo que quieran. Si tiran tiros me voy a enterar, porque va a estar acá conmigo en la pieza [se refería a su hijo, a quien había puesto en resguardo], igual me lo traje por las dudas que lo hagan más tarde. Así que me voy a dormir. Te aviso, después te escribo si pasa algo”.

Finalmente, la balacera se concretó a las 9.27 del día siguiente. Los agresores fueron dos jóvenes –uno de ellos menor de edad– en bicicleta. Uno de ellos disparó cinco veces contra la fachada, le pasó el arma a su acompañante y ambos escaparon en direcciones opuestas. Ese mismo día fueron detenidos. Ignacio N. (17), el gatillero, fue aprehendido minutos después en Biedma y Alem. Nicolás Robles (18), el piloto de la bicicleta playera, fue detenido en horas de la tarde.

Los tiratiros, según la causa, actuaron a pedido de Nahuel “Monta” Depetris, integrante de la barrabrava de Newell’s, detenido a fines de agosto e imputado como coautor del ataque. Pero el avance de la investigación expuso a otro actor más encumbrado: el exbarra de Central Juancito o Jota Jota Gómez, ligado a Los Monos y recientemente al paravalanchas de Newell’s –hoy gerenciado por un tal Zapa–, quien ante la exposición se entregó la semana pasada.

El barra, asegura un testimonio, consiguió la pistola 9 milímetros, le pagó 200 dólares a Monta Depetris, 150 para el adolescente que disparó y 100 para Robles.

“Ella se hizo autotirar porque le quiere echar la culpa a la policía”, aseguró un informante citado por el fiscal. Y para desviar la investigación, “ella ya declaró que no fueron ellos” y que “si iban a rueda de reconocimiento, no los iba a reconocer”.