Muchos amigos y conocidos de Tomás Felipe Carlovich, la gloria del fútbol rosarino conocida como El Trinche, quien falleció este viernes tras resultar gravemente herido en un asalto, se acercaron al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) para reunirse y compartir el dolor profundo que los invade. “Se murió el fútbol”, dijo uno de ellos, Luis Berasain, quien compartió la cancha y pudo recordar su magia como jugador pero sobre todo, su luminosa forma de ser.

“Yo siempre digo que la torta está mal repartida en todo momento y lugar. Cuando jugábamos en Central Córdoba ganábamos un dinerillo muy pequeño”, dijo Berasain en contacto con A Diario (Radio 2) y afirmó que el Trinche podría haber sido millonario si se lo hubiese propuesto.

“Hemos compartido miles de anécdotas. Siempre lo voy a acompañar. Para mi se murió el fútbol. En las concentraciones, él era una cosa impresionante. Yo jugué varios años en Central Córdoba y lo vi hacer millones de cosas maravillosas, no solo acá en el Gabino Sosa, en Buenos Aires”, agregó.

Berasain se detuvo en una de esas imágenes que le dejó el Trinche en el campo de juego: “En cancha de Morón la paró con el pecho y fue hasta la mitad de la cancha con el taco, el hombro y con la cabeza la llevó”.

“La gran humildad, la sencillez, lo amigo fiel que era. Se murió el fútbol”, agregó.

El amor por el fútbol y su mundo íntimo

 

Eduardo Quinto Pagés, ex arquero y compañero del Trinche en Central Córdoba, también dejó en A diario (Radio 2) un testimonio valioso y amoroso de su amigo: “El Trinche era un tipo rico en el sentido que no es rico el que más tiene sino el que menos precisa, y al loco con lo que tenía le sobraba”.

“Tenía un montón de amigos, levantaba un dedo y estábamos al lado de él. Recibía en su casa al que quería y su casa era el bastión en donde nos juntamos cada 15 días a comer y recordar cosas”, relató.

Pagés contó incluso que cuando Roque Alfaro tuvo el alta de su internación “la primera salida fue ir a la casa del Trinche; eso te marca lo que era él para nosotros”.

Sobre su personalidad, el ex arquero y médico describió: “Era muy introvertido, lo conocían solo algunas personas, los más amigos, los que él quería”.

“Amaba la pelota de fútbol y la tenía en un escaparate y no la podía tocar: eso le dolía todos los días”, recordó y agregó sobre esa relación con el fútbol: “Más de una vez dijo: «Jugar 15 minutos y morirme no sería problema» o «lo conozco a Diego, lo abrazo a Diego, y ya está»”.

Sobre la forma en que murió Tomás Trinche Carlovich este viernes a los 74 años tras un robo violento, lamentó: “Todos sabemos que es injusto pero este es un país injusto. Es una injusticia como se vive a acá”.

Además, contó que a sus amigos le llamó la atención que el hecho haya ocurrido en su barrio: “Lo más probable es que quien hizo esto no lo reconoció porque era intocable en su zona”.

“Desde que supe lo que implica el estado en que él estaba, intubado, con coma farmacológico y viendo esa tomografía, y no iba quedar en las condiciones que él quería. No iba a querer seguir en estas condiciones y él hubiera preferido irse”, aportó a modo de “consuelo”.

Sobre la figura, ya mítica del ex jugador charrúa, analizó: “Va a crecer mucho ahora, todo el mundo habla de él y van a aparecer un montón de anécdotas que tenemos escondidas para llorar en un rincón o sonreir”.

Sin embargo, prefirió no hacer pública ninguna de ellas porque Carlovich “tenía una vida que no quería poner a la luz y los que hemos disfrutado de él lo guardamos como un tesoro: hay dos millones de cosas para contar y recordar”. “Va a ser muy triste no volver a juntarnos con él por la riqueza que implicaba estar a su lado”, concluyó.