Pasaron 15 años para que la selección argentina vuelva a ganar en la altura de La Paz, en esos tremendos 3.600 metros sobre el nivel del mar. El triunfo sirve para pensar en un futuro más prometedor con respecto al equipo, donde se lo ve cómodo a Lionel Messi, con ganas y cumpliendo con lo que sabe: ser conductor y marcar la diferencia. 

Lionel Scaloni volvió a ser importante en la altura. En 2005 fue protagonista como jugador en la victoria por 2 a 1 en La Paz. En aquel encuentro también estuvieron Maximiliano Rodríguez y Luciano Figueroa. En este 2020 volvió a serlo, pero como director técnico. 

Scaloni mostró que esta nueva selección tiene base, nombres nuevos. La selección encontró un responsable técnico que no pasó por ningún equipo, que no demostró sus aptitudes en ningún club, pero que está demostrando que se hace respetar y que respeta a un grupo.

Si bien son dos encuentros en las Eliminatorias, con Ecuador se ganó, pero se dejó dudas desde lo futbolístico. Sin embargo, frente a Bolivia se mostró un plantel comprometido, que aceleró en los momentos que lo requerían, y tuvo la pelota cuando necesitó controlar el encuentro.

Fue de mayor a menor en los dos cotejos, pero todavía falta muchísimo para poder decir que este conjunto es reconocido por la gente. Va por buen camino porque mezcla experiencia y juventud, caras nuevas, un modelo diferente de juego. Tendrá que seguir mejorando porque el recorrido es muy largo. Bolivia es el peor selectivo de las Eliminatorias, es verdad, y casi seguro no clasificará al próximo mundial, pero justamente por eso había que ganar para ratificar que el camino es el correcto. 

Scaloni hizo lo que no pudo llevar a cabo Gerardo Martino, Edgardo Bauza y mucho menos Jorge Sampaoli, que es el famoso recambio que se llevó puesto a todos. El entrenador lo hizo, lo está haciendo y nadie por ahora discute sus decisiones. Y eso ya es un paso importante. Este es un nuevo ciclo, un nuevo desafío y comenzó de la mejor manera. Hay seriedad, hay ideas y hay un técnico que tiene ganas de renovar, de respetar y de crecer. Solo es tiempo, y por supuesto dejarlo trabajar.