“En Sudamérica el fútbol no está tan avanzado como en Europa, por eso en las últimas Copas del Mundo, si mirás, siempre son los europeos los que ganan”, dijo Kylian Mbappé, el goleador del Mundial de Qatar, hace un tiempo. Mitad desconocimiento y un porcentaje similar de soberbia, la estrella del PSG francés generó una polémica que la selección argentina cortó en fetas ganándole la final de la Copa del Mundo justamente a Francia. 

No fue sólo el resultado, que no refleja toda la realidad, fue un desarrollo claramente favorable para el equipo de Scaloni hasta que un error puso al partido en una zona de riesgo del que el equipo albiceleste sólo pudo salir en los penales. Pero la superioridad del equipo sudamericano, como le gusta distinguir a Mbappé, fue notoria. Sucedió lo mismo ante Polonia, Países Bajos y Croacia. Argentina sometió con autoridad a esas tres selecciones europeas más allá de los sofocones sufridos ante los vestidos de naranja.

Lo que no aclara el bueno de Kylian en su afirmación sobre la supremacía de los europeos, es que el crecimiento del fútbol del Viejo Continente está alimentado por futbolistas de este lado del mundo y de Africa.

Basta con ver el equipo en el que él mismo juega, PSG. Un argentino megaestrella, dos brasileños megaestrellas, un marroquí, y hasta hace un puñado de meses otros tres argentinos, dos de ellos hoy campeones del mundo.

Brasil fue campeón en 2002 y pasaron 20 años, cinco mundiales, para que otro sudamericano fuera campeón

Desde lo estadístico, Mbappé tiene parte de razón, pero el protagonismo de Argentina, Brasil y Uruguay es innegable.

En 2006, Argentina (eliminado por penales) y Brasil llegaron a cuartos de final. En 2010, Uruguay llegó a semifinales. 

En 2014, Argentina fue finalista y Brasil semifinalista. 

En 2018, Brasil y Uruguay accedieron a cuartos de final. 

Y este año, Argentina fue campeón y Marruecos cuarto; sólo dos de los cuatro semifinalistas, como en Brasil 2014, fueron europeos.

Messi sigue siendo el rey

Es más, la Premier League es el torneo de clubes más importante del mundo, pero Inglaterra sólo pudo llegar hasta semifinales en Rusia. Su torneo local está plagado de estrellas, muchas de ellas argentinas, brasileñas, uruguayas y africanas.

La Premier es la prueba más flagrante de que los campeones pueden ser otros, pero los verdaderos forjadores del fútbol a nivel mundial están en otros continentes.