Arrancó la competencia de clubes más importante del mundo, la Liga de Campeones de Europa, o la Champions, o lo que desde ahora se debe considerar como el torneo de los clubes Estado. Una especie de mano a mano entre Qatar y Emiratos Arabes Unidos.

PSG y Manchester City, otrora outsiders de la Champions, son los dos grandes candidatos a una corona que sigue teniendo a Real Madrid como máximo ganador, y lo seguirá siendo por mucho tiempo, pero que corre el riesgo de ser expropiada al fútbol y cedida a los petrodólares que por ahora sólo impactan por sus erogaciones y la hegemonía a nivel local a pesar del traspié del Paris en la última Ligue 1.

Los grandes de Europa intentaron crear la Superliga con la supuesta idea de evitar la preponderancia de los clubes Estado, o esa era la excusa, pero entre la UEFA y la FIFA fueron minando la idea hasta hacerla casi desaparecer. 

En realidad está latente y Real Madrid, uno de los pocos gigantes sin privatizar, la alimenta permanentemente desde las declaraciones de su presidente Florentino Pérez.

“Sin la Superliga sólo aguantarán equipos que son de un Estado o que sean propiedad de un multimillonario que, por entretenimiento, puedan perder cientos de millones cada temporada”, asegura el excéntrico mandamás merengue.

“O le ponemos remedio antes de 2024 o estamos todos arruinados. Habrá una sublevación de los equipos según vayan quebrando”, sugiere.

“Los datos lo dicen. En los meses de la pandemia los doce clubes de la Superliga perdieron 650 millones de euros. Este año las pérdidas serán de entre 2.000 y 2.500 millones. El Girondins (Bordeaux, de Francia) acaba de quebrar; o hacemos algo o pronto les pasará a muchos más", presagia Florentino que defiende los intereses de la institución futbolística más importante del mundo. Ve en riesgo su liderazgo por culpa de los petrodólares que pusieron en el centro de la escena al City y al PSG. Ya quedó escrito, en tiempos no muy lejanos, apenas partenaires de la máxima competencia de clubes del mundo.

Arrancó la Champions con ellos dos como grandes candidatos, y con Chelsea, otro privado poderoso, uno de los pioneros adquirido en 2013 por el magnate ruso Roman Abramovich, como defensor del título.

Pero por suerte el fútbol todavía se guarda para sí, y no negocia, la imprevisibilidad que tiene en su genética. 

Por eso, entre la opulencia de PSG y la humildad de Brujas el miércoles pasado no hubo ni un solo gol de diferencia. Es más, los belgas dejaron una mejor sensación.

“Sin ingresos, no hay nada. Y estoy preocupado por lo que dijo el presidente de la UEFA. Ya me dirán cómo el Real Madrid, un club de sus socios, puede competir contra uno que es de un Estado. Estamos preocupados por lo que pasó y por lo que puede pasar. Es necesaria la transparencia y saber de dónde vienen los ingresos de cada equipo”, avisa desafiante Florentino Pérez, que seguramente estaría encantado de regentear un club Estado.

La Superliga, ya quedó escrito varias veces, es una idea de torneo de clubes europeos, independiente de las ligas nacionales o las competiciones europeas.

Una especie de campeonato reservado para pocos (12 clubes fundadores y unos pocos invitados) que prescindirían de los resultados y las clasificaciones de los torneos locales para participar.

Por suerte el fútbol todavía se guarda para sí, y no negocia, la imprevisibilidad que tiene en su genética

Los fundadores son 12: tres españoles (Real Madrid, Barcelona y Atlético Madrid), seis ingleses (Manchester United, Liverpool, Arsenal, Chelsea, Manchester City y Tottenham) y tres italianos (Juventus, Inter y Milan).

En su momento se indicó que habría cuatro invitados: Bayern Munich, Borussia Dortmund, Paris Saint Germain y Porto.

De a poco, y tras las fuertes presiones y amenazas de la UEFA y la FIFA, los clubes se fueron bajando y la Superliga se quedó sólo con Real Madrid, Barcelona y Juventus.

Quizás la proyección de Florentino Pérez empiece a tener su correlato en los resultados y la Superliga resurja de entre sus cenizas.

Por ahora, en el inicio de la competencia, no pasó. El poderoso PSG de Messi, Neymar y Mbappé no pudo pasar del empate ante el cándido Brujas, aunque del otro lado del charco, el City le metió 6 al Leipzig de la Red Bull, otro privado que busca posicionarse.

Como dice Carlitos Balá: “El movimiento se demuestra andando”.