La historia de Néstor Ortigoza en Rosario Central terminó la de peor manera. Lejos de las canchas y con mucho ruido entre las declaraciones suyas y del resto del mundo canalla. Antes de arribar a su nuevo destino, declaró que un alto dirigente le pidió ir para atrás. Después, disparó contra Diego Cocca y más tarde, llegaron las respuestas del entrenador y los propios directivos. Si bien una vez que consiguió club le bajó el tono al debate, en una semana la vida de Orti cambió por completo.

El volante que ganó la Copa Argentina con el Canalla, firmó con Estudiantes de Río Cuarto y se puso la camiseta. Aunque se la sacó rápido para ir a la pileta y jugar con los chicos que pasan las tardes en la sede de la institución cordobesa que milita en la Primera Nacional.


El Gordo simuló jugar un teqball casero aunque claro está, sin la mesa inclinada ya que usó las que están ubicadas en la zona de parrilleros del León del Imperio. Lo curioso es que uno de los chicos se impuso 3-1 sobre el mediocampista que se sonrió y soltó un "me mató". 

Lejos de las idas y vueltas que tuvo en Rosario, Ortigoza mira con buena onda el 2020. Intentará el ascenso con el elenco cordobés que debuta el viernes en la cancha de Temperley.