Como ya se dijo millones de veces, el ingenio popular nunca descansa. Y el oportunismo tampoco. Buen ejemplo de ello es lo que sucedió luego del clásico rosarino del domingo pasado y con el suceso más insólito del partido: la furia de Pablo Pérez contra el drone que sobrevoló el Gigante de Arroyito.


En concreto, Erik Otero, un joven creador de Carpincho Games, aprovechó la imagen viral del clásico y desarrolló junto al dibujante Chulengol un videojuego en el que Pablo Pérez destruye drones con una pelota y esquiva amarillas.

“Hasta anoche más de 3 mil personas habían jugado el juego”, contó Erik Otero en el programa Radiópolis (Radio 2). Y comentó que “la idea también es descomprimir la locura que suele vivirse en este tipo de partidos”. 


En realidad, el protagonista del videojuego está caracterizado como Pobla Peres, seguramente para no tener problemas legales con el jugador de Newell's. Y el estadio es el "Jigante de Arrollitus".