Los organizadores de los cuatro Grand Slams se reunieron para unificar un artículo del reglamento para los torneos más importantes del circuito. Al llegar al último set y encontrarse en 6-6, los protagonistas debían jugar hasta que alguien saque una diferencia de dos juegos. A partir de ahora, habrá un nuevo modo de resolver esa igualdad, que acotará los tiempos de la definición.

En los otros certámenes de menor jerarquía, se definía con un clásico tie-break. Pero en Wimbledon, Roland Garros, Australia y Estados Unidos, los finales solían demorarse tanto que dejaba en una incómoda y extenuada posición a los protagonistas.

“En nombre del Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos, la Junta se complace en anunciar la decisión de jugar un desempate de 10 puntos en todos los Grand Slams, que se jugará cuando el marcador llegue a seis juegos por lado en el set final”, dice el comunicado de las autoridades.

Y agrega: “Luego de una extensa consulta con la WTA, ATP, ITF y la comunidad de árbitros de tenis, la decisión se basa en un fuerte deseo de crear una mayor coherencia en las reglas del juego y, por lo tanto, mejorar la experiencia de los jugadores y fanáticos por igual”.

Esta prueba, aprobada por el Comité de Reglas del Tenis regido por la ITF, se aplicará a todos los Grand Slams en las clasificatorias, individuales y dobles masculinos, individuales y dobles femeninos, en silla de ruedas y eventos junior en individuales, y comenzará en la edición 2022 de Roland Garros.

En el Abierto de Australia, Roland-Garros y el Abierto de Estados Unidos, el desempate de 10 puntos se jugará en lugar del set final para dobles mixtos, dobles junior y dobles en silla de ruedas. En Wimbledon, el formato seguirá siendo el mismo que para los demás eventos.

La decisión tiene el objetivo de evitar los eternos partidos, como por ejemplo el 6-4, 3-6, 6-7 (7), 7-6 (3) y 70-68 que tuvo al estadounidense John Isner como ganador sobre el francés Nicolas Mahut. El duelo que se llevó a cabo en Wimbledon 2010 quedó en la historia como el enfrentamiento interminable que rompió las marcas de tiempo en total con 11:05 horas a lo largo de tres jornadas y de un set, el quinto, que duró 8 horas y 11 minutos.