Wall Street: perspectivas de Soft Landing o estanflación?

Análisis del panorama económico y financiero en EE. UU.: ¿Un aterrizaje suave o la amenaza de la estanflación?

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En el primer trimestre del año 2024, los movimientos en Wall Street reflejaron una mezcla de señales, dejando a los inversores preguntándose si nos dirigimos hacia un aterrizaje suave o hacia un escenario de estanflación. La actividad económica creció menos de lo esperado, mientras que la inflación se aceleró, creando un dilema para la Reserva Federal y los mercados financieros.

La desaceleración del mercado laboral en abril renovó las preocupaciones sobre un posible soft landing, un escenario en el que la economía se desacelera gradualmente sin caer en una recesión. Sin embargo, la persistente inflación obliga a la Fed a mantener una postura monetaria restrictiva, posponiendo cualquier reducción en las tasas de interés de referencia. Este enfoque "higher for longer" ha ejercido presión sobre los rendimientos de los bonos del Tesoro, que han alcanzado nuevos máximos del año y mantenido la curva invertida.

A pesar de las alzas en las tasas, las acciones han mantenido un buen desempeño gracias al crecimiento económico y los excelentes balances corporativos del primer trimestre de 2024. Sin embargo, para consolidar el soft landing, la inflación en los próximos meses deberá mostrar signos de disminución. De lo contrario, podríamos enfrentarnos a un escenario menos favorable, como la estanflación.

El primer trimestre del año marcó un menor crecimiento económico de lo anticipado, con una expansión del PIB de EE. UU. de solo 1.6% a tasa trimestral anualizada, el menor desempeño desde el segundo trimestre de 2022. Esta desaceleración fue impulsada principalmente por el deterioro en el balance comercial, con un mayor dinamismo de las importaciones frente a las exportaciones, y un menor impulso del consumo público y privado.

Aunque el consumo mostró signos de desaceleración, especialmente en el consumo de bienes, el consumo de servicios se mantuvo fuerte, liderado por servicios financieros y de salud. Además, la inversión fija privada aceleró notablemente, especialmente en el sector residencial.

Sin embargo, el rebrote de la inflación sigue siendo una preocupación clave. La inflación implícita del PIB en el primer trimestre de 2024 alcanzó el 3.1% a tasa trimestral anualizada, principalmente impulsada por el índice de precios de gastos de consumo personal (PCE core), que aumentó un 3.7%. Con la inflación persistente en niveles elevados, la Fed enfrenta el desafío de equilibrar el crecimiento económico con la estabilidad de precios.

El mercado laboral también mostró signos mixtos, con una moderación en la creación de empleo en abril y un aumento en la tasa de desempleo. Aunque los salarios han seguido creciendo, el ritmo ha sido más lento, lo que podría afectar los salarios reales y el poder adquisitivo de los consumidores.

En cuanto a las perspectivas para el segundo trimestre de 2024, los primeros indicadores apuntan a un menor ritmo de crecimiento económico, con señales de contracción en el sector manufacturero y de servicios. A pesar de esto, algunas proyecciones sugieren una aceleración en el crecimiento del PIB para el segundo trimestre.

En cuanto a la política monetaria, la Fed ha mantenido su postura contractiva, dejando sin cambios la tasa de política monetaria en el 5.5%. Sin embargo, algunos analistas especulan sobre la posibilidad de recortes de tasas en el futuro, especialmente si la inflación muestra signos de disminución.

Wall Street enfrenta un panorama mixto, con señales de desaceleración económica y presiones inflacionarias persistentes. Si bien existe la esperanza de un soft landing, la incertidumbre geopolítica y el contexto electoral en EE. UU. podrían aumentar la volatilidad en los mercados financieros. En este entorno, la diversificación de cartera y la cautela son clave para los inversores.

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