Alerta Covid19: industriales temen que la segunda ola frene la recuperación

La suba de casos de coronavirus amenaza la lenta pero sostenida recuperación de la industria. El sector busca anticiparse ante posibles medidas que pongan un freno a la actividad

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Industriales entraron en alerta ante el avance de la segunda ola de Covid-19 y la probabilidad, cada vez más cercana, de que comiencen a aplicarse restricciones a la actividad. Más allá de las posibles medidas que baraja el gobierno para frenar la expansión del virus, hay otros dos factores que amenazan el desempeño de la industria.

Uno de ellos es la suba de casos entre operarios, lo cual conlleva una inevitable caída de la capacidad productiva al verse reducido el personal en planta. El otro está relacionado con el rebrote que se vive en Brasil, donde automotrices decretaron cierres de fábricas ante la preocupante escalada de contagios. Argentina importa insumos elaborados en el territorio vecino y fabricantes nacionales advirtieron que el parate complicaría la producción local si empiezan a escasear componentes clave.

Unos días atrás, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, consideró que no cree necesario "recurrir a un cierre como el del año pasado", la intranquilidad entre los industriales crece día a día. El mayor temor es que la pandemia pueda poner un freno a la recuperación y terminar por asestar el golpe final a una gran cantidad de empresas que hoy en día se mantienen en la cuerda floja.

Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Argentina (Indec) la economía se desplomó 9,9% durante todo el 2020 y si bien registró un último trimestre en caída, ya para enero el nivel de actividad de la industria tuvo un crecimiento de 4,4% respecto de igual mes de 2020. Esta mejora estuvo impulsada por diez de los dieciséis rubros relevados.

Entre estos destacan la producción de minerales no metálicos, que tuvo un aumento anual del 31,5% en la producción, traccionada por la buena actividad que experimentó el sector de los ladrillos. Por su parte, el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) marcó en enero un incremento de 23,3% respecto de igual mes de 2020; en tanto, el índice de la serie desestacionalizada mostro una variación positiva de 4,4% respecto de diciembre pasado.

"Tras todos estos meses de pandemia perdimos alrededor de 160 mil empleos y para julio del año pasado teníamos 240 mil obreros cuando en el 2015 llegamos a tener 440 mil".

Rubén Llenas, Gerente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), señaló a Ecos365 que el crecimiento registrado en los últimos meses se debió principalmente a obras realizadas en hogares familiares, como ampliación de ambientes y remodelaciones. Sin embargo, sostuvo que esta leve mejora no se traduce en un crecimiento sustentable de la actividad y que, incluso, en los meses de enero y febrero notaron una caída en la demanda de ese segmento.

"Veníamos de 25 meses en descenso absoluto y aunque tuvimos un impulso, todavía no hubo un gran crecimiento en el empleo formal. Tras todos estos meses de pandemia perdimos alrededor de 160 mil empleos y para julio del año pasado teníamos 240 mil obreros cuando en el 2015 llegamos a tener 440 mil. Hoy en día estamos en 290 mil, no es algo que nos lleve a decir que estamos en una suba sostenida", señaló Llenas.

El referente de Camarco precisó que hasta ahora no les fue comunicado ningún tipo de información sobre nuevas medidas a tomar por parte del Gobierno, salvo el decreto difundido días atrás, donde se eximía a los trabajadores del ámbito público nacional de asistir a los lugares de trabajo, instando a que los mismos realizaran la modalidad del teletrabajo. Esta disposición rigió desde el lunes hasta el miércoles pasado e invitaba los privados a hacer lo mismo.

Si bien la posibilidad de trabajar a distancia es muy limitada en el sector de la edificación, Llenas remarcó que se encuentran tomando los recaudos necesarios para reducir los riesgos de contagio: "más allá de la distancia entre el personal y el cumplimiento de los protocolos, el compromiso nuestro acá en Rosario con el intendente Javkin fue que ningún obrero utilice el transporte público. Normalmente viajan con su moto o bicicleta y a los que no cuentan con esos medios las empresas les garantizan el traslado".

Tras 25 meses de caída, la construcción tuvo un leve repunte a partir de enero. 

Por su parte Roberto Lenzi, presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Rosario (AIM) y titular de la fábrica de heladeras Briket, indicó a Ecos365 que no sólo hay empresas, sino sectores en general que continúan muy golpeados y con una probabilidad muy limitada de reponerse si se decreta un cierre total de las plantas.

"El hecho de respetar los protocolos de trabajo ya de por sí implica una pérdida de la productividad en algún sentido. La gente opera con máscaras, tenes que darle descansos para que roten, respiren y se distraigan, todo esto va haciendo que los tiempos se estiren, pero afortunadamente hoy toda la industria está trabajando y hay que intentar seguir en esa línea", afirmó Lenzi.

El representante de la línea blanca señaló que este segmento se vio favorecido por un incremento en el consumo de freezers debido al contexto, ya que los clientes empezaron a priorizar el contar con un mayor espacio para almacenar comida, evitando tener que hacer reiteradas compras en los súpers. Si bien destacó que la mayoría de estas firmas hoy se encuentran ampliando su capacidad productiva, advirtió que un cierre o cambio profundo en su esquema de funcionamiento podría frenar las inversiones.

En lo que refiere a la metalurgia, Lenzi sostuvo una visión positiva al precisar que logró recuperar el mercado que tenía, presentando en la actualidad un volumen de demanda sostenido que otorga un horizonte a cientos de industrias. También señaló que creció la contratación de personal, lo que para el Gobierno Nacional implica un punto estratégico hacia la recuperación económica del país ya posibilita una mayor capacidad de consumo entre los ciudadanos.

Sin cerrar, pero con restricciones

Dentro del plano comercial, volver a fase cero con un cierre total de fábricas y negocios, es algo impensado en el contexto actual, aunque desde el sector indicaron que sí pueden esperarse cierto tipo de restricciones. En este sentido, Ricardo Diab, vicepresidente 2do. de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y presidente de la Asociación Empresaria de Rosario (AER), consideró que podría verse limitado el horario de funcionamiento de negocios y pymes.

"Nosotros cerramos el 2020 con un 22% de volumen negativo de ventas y en lo que iniciamos este año ya tenemos casi un 6% acumulativo negativo con referencia a los primeros meses del 2020. En el mejor de los casos ninguno está vendiendo más del 40% de lo que vendían pre pandemia, donde el desempeño ya de por sí no era bueno, un semi cierre podría traer el punto final a varios actores", afirmó Diab.

"Esperamos que ahora que la situación se complejizó puedan regresar las ayudas estatales para el pago de sueldos".

El Instituto de Investigaciones Económicas de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) presentó un informe donde se realizó un relevamiento acerca de la cantidad de locales comerciales con actividad y vacíos en la ciudad. El mismo arrojó que, hacia diciembre del año pasado, el 12,9% del total de locales comerciales permanecían desocupados en Rosario, lo que representa 1.145 negocios.

Ante este panorama, y con un clima que anticipa posibles medidas que restrinjan el horario comercial para desincentivar la circulación de personas, el referente empresarial señaló que es primordial que vuelvan las ayudas como el ATP,  que acompañó a los negocios en el pago de salarios, volviéndose crucial para que pudieran resistir durante los meses de crisis.

"En su momento cuando pedimos que vuelvan los ATP desde el Gobierno comentaron que eso no era posible y que se iba a poner en marcha el Repro II en su lugar. Esperamos que ahora que la situación se complejizó puedan regresar las ayudas estatales para el pago de sueldos", opinó Diab.

La mayoría de los cierres de locales se concentran en el área céntrica y galerías. Los centros comerciales barriales fueron los menos golpeados ya que la cuarentena fortaleció las compras de cercanía. (Foto: Alan Monzón/Rosario3.com)
 

Por su parte, Llenas destacó que en lo que refiere a la construcción, es más factible pensar en escenarios previos al cierre total de las empresas. Uno de estos podría estar relacionado a disposiciones que limiten la cantidad de obreros en planta hasta que los contagios bajen y puedan ir incorporándose más trabajadores de manera progresiva.

El caso Brasil

No solo es Argentina, la segunda ola amenaza con fuerza a países de Sudamérica y Brasil está en el ojo de la tormenta. Tan solo en marzo, el país registro 66.573 muertes por Covid19, obligando a una gran cantidad de estados a tomar medidas estrictas para aminorar los contagios. Más allá de las consecuencias que esto conlleva a nivel sanitario por la cercanía entre ambos países, la situación jaquea a una parte del sector productivo nacional.

En el plano industrial, terminales automotrices decretaron un parate total por 14 días a modo de cuidar a sus empleados y colaborar a que más personas se queden en sus casas. Volkswagen fue la primera que suspendió la producción, seguida por Volvo, Mercedes-Benz y Scania. 

En una nota para Ámbito, Juan Cantarella, gerente general de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), sostuvo que la industria argentina "tiene cierta dependencia comercial de Brasil por la demanda ya que representa entre el 30% y el 40% de las exportaciones, pero también en la provisión”. Bajo este escenario, la preocupación principal es que se complique la fabricación nacional por la imposibilidad de acceder a ciertos insumos clave.

Por su parte, Lenzí consideró que desde el sector de la línea blanca dependen de algunos insumos que no son fabricados dentro del país y hacen importar desde Brasil o China como, por ejemplo, materiales ligados a los motores de las heladeras y también a algunos tipos de plásticos.

"Brasil está teniendo muchísimos problemas de ausentismo dentro de las empresas. En poco tiempo escaló de un 5% a más de un 30% del personal aislado por síntomas de coronavirus o por prevención. También hay compañías que están reteniendo la producción y aplazando las entregas, eso es importante decirlo", indicó el industrial y agregó que los problemas de abastecimiento ocurren a escala global.

"La logística se complicó y los procesos de envío se lentificaron en todo el mundo. Antes un contenedor de China dirigido a Argentina demoraba tres meses y costaba u$s 3 mil, hoy demora seis meses y cuesta u$s 10 mil, más del triple en tan poco tiempo", destacó Lenzi.

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