Científicos locales diseñaron método para mejorar la producción de trigo sin dañar el medioambiente

Su desarrollo permite aislar y aplicar bacterias capaces de volver al cultive resistente a múltiples patógenos e incrementar su rendimiento. Recibieron aporte provincial

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Científicos de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y del Conicet diseñaron un método para aislar y aplicar bacterias capaces de volver al trigo resistente a múltiples patógenos, e incrementar de este modo su rendimiento, sin dañar el medioambiente. Recibieron un aporte provincial para pasar del laboratorio a la producción.

Desde hace más de una década, la firma Naturalis trabaja con Bacillus como biocontroladores biológicos para cultivos de soja, con el fin de promover el crecimiento vegetal. Se trata de una práctica ampliamente utilizada en otros países como Estados Unidos, y que ahora busca desarrollarse a nivel local. De hecho, este proyecto tiene como finalidad generar un nuevo producto de inoculantes a base de Bacillus spp., mediante la formulación de combinaciones de las cepas fitopromotoras y biocontroladoras, y activadores proteicos de la inmunidad vegetal.

En conjunto con esta empresa, y a partir de aportes provinciales recibidos en 2014, el Conicet-UNR desarrolló un software y otras herramientas internas para la rápida caracterización genómica de sus inoculantes. A partir ellas, se han podido aislar y seleccionar bacterias benéficas que serían efectivas para su aplicación en trigo, según indicaron desde el equipo de trabajo a cargo a Ecos365.

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Algunos de estos candidatos poseen codificadas en su genoma un arsenal de hasta 20 vías diferentes que podrían actuar inhibiendo directamente microrganismos patógenos, o induciendo en la planta un aumento de su resistencia o su desarrollo. “En ciertos casos se trata de vías no descriptas previamente, por lo que su descubrimiento representa una contribución importante a la oferta de soluciones amigables con el medioambiente para los desafíos que enfrenta el productor agrícola”, añadieron.

En este sentido, apuntaron que durante los últimos años se validó, en escala de laboratorio por ensayos microbiológicos e in planta, el aporte de estas bacterias a la sanidad y la mejora en los parámetros fisiológicos del trigo. Incluso en ensayos controlados hemos observado un aumento en el número y peso de los granos a cosecha. Aunque estos resultados fueron promisorios, se hacía preciso validar con mayores repeticiones en experimentos a mayor escala.

“El financiamiento que recibimos de la Agencia Santafesina de Ciencia y Tecnología no solo nos permitirá corroborar estos resultados preliminares, sino que evaluaremos distintas formulaciones que combinen activadores proteicos con distintas especies bacterianas con características complementarias entre sí”, manifestaron.

La idea es que en dos campañas puedan tener los resultados que demuestren el impacto sobre el rendimiento de las formulaciones con combinaciones de bacterias benéficas. Sin embargo, “desde el Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos Rosario (IPROBYQ-CONICET) esperamos poder transferir a los productores de bioinsumos dichos componentes individuales con antelación”, señalaron.

El equipo responsable de este logro está conformado por especialistas de diversas disciplinas: los aislamientos bacterianos fueron realizados con la ayuda de Ing. Agr. Silvia Toresani de la Facultad de Cs. Agrarias de la UNR, los estudios microbiológicos y genómicos fueron realizados por los Lics. Alejo Casal, Tomás Petitti, Mariano Torres Manno y Fernán Gizzi de la Facultad Cs. Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR, la validación in planta de la acción benéfica de las bacterias fue realizada por los integrantes del LIFiBVe ICiAgro Litoral –CONICET bajo la dirección del Dr. Lucas Daurelio. El proyecto está dirigido por el investigador del CONICET Martin Espariz.

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