Con el regreso del público, Rafaela mostró la mejor cara de la lechería argentina

La “Muestra Anual Institucional” de la Sociedad Rural ratificó la potencialidad de una actividad tan noble como sacrificada. Fue el primer evento del agro en la región con presencialidad. Por eso la emoción permaneció de principio a fin

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En esta “nueva normalidad”, la posibilidad de encontrarse personalmente en cualquier evento se celebra y mucho. La maldita pandemia, además de llevarse vidas de forma cruel e injusta, también le pegó de lleno a la sociabilidad, esa que caracteriza al argentino y, en especial, al hombre de campo. Hasta compartir mates se volvió un sacrilegio en tiempos de Covid. Por eso, lo que sucedió en la Sociedad Rural de Rafaela a comienzos de mes ratifica que esa sinergía entre el campo y la ciudad se mantiene vigente.

Después de un 2020 inolvidable en todo sentido, la institución se propuso este año llevar a cabo una propuesta que permita recibir público en el predio ferial, pero también que incluya actividades virtuales orientadas a temáticas vinculadas al sector productivo. Luego de dudas, sobre todo en los meses otoñales e invernales donde la situación epidemiológica presagiaba una nueva decepción, los ruralistas decidieron apostar fuerte cuando los vientos (vacunación mediante) comenzaron a soplar a favor.

Finalmente, se decidió realizar una muestra integral, que cuente con atractivos para todos los gustos, para la familia y para el productor. Así fue que del 1 al 3 de octubre, la Rural abrió sus tranqueras para recibir a todo el público, que se deleitó con numerosos stands relacionados con el campo, la industria y el comercio. Parecía mentira que después de un año y medio de prohibiciones o restricciones, que impidieron el “cara a cara”, miles de visitantes desfilen por las “calles” del predio que posee la entidad en una de las arterias (Av. Brasil) más transitadas de la ciudad.

“Ha sido muy emocionante volver a reencontrarnos en un lugar que para nosotros es emblemático por la historia que representa en una zona agrícola ganadera por excelencia”, confió a Ecos365 la presidente de la entidad, Norma Bessone.

Efectivamente, “emoción” es un sentimiento que describe a la perfección lo vivido durante ese fin de semana.  En los rostros de los visitantes se advertía algarabía y felicidad. No importaba el clima, los costos, la espera. Nada empañó la satisfacción de volver a encontrarse con el vecino, el cliente, el amigo, el compañero de trabajo o el familiar.

De esta manera, el retorno de la presencialidad en eventos del agro no podría haber sido mejor. Una vez más, el campo estrechó sus lazos con la ciudad mostrando que la famosa grieta pasa por otro lado.

En el interior productivo, los pueblos y ciudades se mueven al compás del sector agropecuario y todos entienden que si el productor de la zona tiene rentabilidad, la rueda económica girará para todos.

La pista de Rafaela, la más lechera de todas

La segunda etapa de la expo estuvo dedicada pura y exclusivamente a la lechería. Primero con un Seminario Internacional (del 4 al 6 de octubre) que buscará posicionarse en el calendario anual de citas para el sector.

Pasaron expertos nacionales e internacionales que abordaron las diversas temáticas del negocio, contemplando todos los eslabones de una cadena que muchas veces pierde el equilibrio. Teniendo en cuenta que hay dos variables que no pueden manejarse (clima y política), en varias ocasiones la solución “o el parche” está tranqueras adentro, donde inevitablemente deben conjugarse eficiencia y productividad. 

Pero sin dudas, el “plato fuerte” de la muestra rafaelina volvió a contar con el protagonismo de la raza Holando. Los mejores ejemplares del país se encuentran en el centro oeste santafesino, donde radican las cabañas más prestigiosas.

Hubo tres competencias importantes que reflejaron todo el potencial del trabajo cotidiano de aquellos que viven “por y para las vacas”. Pero no se trata sólo de amor, la apuesta es muy grande y las inversiones son muy importantes para tener genética de punta y obtener así los mejores resultados.

Concurso lechero

 

Este año celebró su centenario (que en realidad debía conmemorarse en 2020) y contó con la presencia de dos cabañas y cuatro ejemplares. “La Lilia” (Colonia Aldao) propiedad de la familia Barberis se llevó el certamen que consiste en cuatro ordeñes (dos por día, miércoles y jueves). Al término del último, se constató que tuvo una producción de 151 litros (casi 76 en cada jornada).

El volumen habla por sí solo y demuestra la tremenda capacidad de “La Lilia Sorpresa Tenny Supersire”, la vaca ganadora que cuenta con antecedentes “familiares” que respaldan su actuación.

Vacas a campo

Se trata de una competencia que alcanza a los tambos “comerciales”, es decir que no son Cabañas, que preparan para la ocasión sus mejores vacas. Dos meses antes de la muestra, un experto (en este caso el Dr. Germán Fux) que oficia de jurado recorre los establecimientos que se anotaron para el certamen, junto con un equipo de filmación.

En esta oportunidad fueron 14 los tambos visitados que eligen los ejemplares de acuerdo a las categorías que participan (de acuerdo al N° de partos).  Este año, el premio mayor se lo llevó el establecimiento “Lhuab S.A.” (Villa San José) que pertenece a la familia del Director de Lechería provincial, José Zenklusen. El ganador siempre se conoce mediante una ceremonia en uno de los días que se desarrolla la muestra. 

Jura

 

La emblemática pista de la Rural de Rafaela se ha convertido en la máxima referencia de la raza. Todas las cabañas sueñan con lograr la máxima distinción por lo que representa la jura en pista. El nivel de vacas es superlativo y la rural santafesina es la única que siempre recibe a los mejores, por estar ubicada en la cuenca lechera más importante del país y probablemente de Sudamérica.

Cabaña “La Luisa” obtuvo el Gran Campeón Hembra PP (Puro de Pedrigree), el trofeo más esperado por todos, con un ejemplar que deslumbró al jurado por sus características.

Remate de jerarquía

Para concluir la muestra, las “joyas” del Holando siempre pueden observarse en una subasta que se caracteriza por su gran calidad y valores impactantes. El dato de color lo aportó también el enorme “ring” que se armó sobre la pista central (nunca había pasado), al igual que los corrales, que le dieron un marco ideal a un evento que contó también con presencialidad y virtualidad.

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