Primero faltaban clavos para encofrado de estructura de hormigón, y se lo vinculó con los problemas productivos y gremiales de las acerías. Luego se empezó a hacer difícil conseguir cal y áridos, y se lo atribuyó a las demoras del transporte por los controles en ingresos provinciales. Pero ya desde hace un tiempo no se consiguen revestimientos cerámicos y ladrillos huecos de ocho, fabricados localmente, lo que en algunos casos está obligando a las constructoras a cambiar sus proyectos arquitectónicos en marcha. Y la lista de insumos ausentes se agranda.

Con gran parte del entramado productivo trabajando a media máquina, tanto por las restricciones gubernamentales como por tener personal en condición de riesgo o directamente con Covid-19, empezó a agudizarse la escasez de materiales para la construcción. La solución tampoco llega del exterior, ya que las importaciones están en el mejor de los casos demoradas, y directamente pisadas en otros. Sin alternativas de ahorro a la vista, la inversión en ladrillos se había convertido en la estrella durante el último tiempo, poniendo al rubro a trabajar a pleno y agudizando el faltante, situación a la que también contribuyó que mucha gente aprovechó su mayor tiempo libre para hacer arreglos en su casa.

El parate obligado a obras de mayor envergadura por las nuevas restricciones al rubro en el sur de Santa Fe, moderó sólo en parte la gran demanda. Es que se mantiene el temor a una nueva devaluación, lo que lleva tanto a desarrolladores como a particulares a acopiar material por las dudas, y a proveedores a retacearlo tanto como pueden, o a incrementar notoriamente sus valores. Y toda esta incertidumbre, sumada a la notoria ineficiencia de trabajar con sólo cinco operarios como máximo, amenaza con estirar plazos de entrega y ajustar al alza los precios finales de las unidades.

Faltantes por doquier

“Está faltando cemento porque las dos proveedoras habituales están con problemas técnicos, una increíblemente no cuenta con la materia prima para hacer las bolsas, y además está habiendo una demanda inexplicable”, sostuvo en diálogo con Ecos365 Pablo Nazar, titular de la delegación local de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC). También se encuentran problemas con la grifería y con sanitarios particulares (no con los comunes), aunque allí se señala que hay producción pero demoras en la entrega.

Pero sin dudas el mayor inconveniente está con los ladrillos. “Ladrillos cerámicos de ocho no se consiguen en todo el país, y hay versiones que indican que podrían no volver a fabricarse, lo que provocaría tener que revisar todos los proyectos”, manifestó Roberto Broglia de BBZ Construcciones. Pensados para utilizarlos en el interior de espacios reducidos como baños, su ausencia implica un dolor de cabeza para arquitectos e ingenieros, que deben pensar cómo sustituirlos respetando las dimensiones acotadas. “Tenés que ponerte creativo y buscar alternativas, pero hay tanto faltante que a veces tenés que buscar la alternativa de la alternativa. Hace seis meses pensábamos que esto era pasajero y ya se iba a normalizar, pero estamos en la misma situación y nos preocupa”, graficó.

“Ladrillos de ocho no hay en ningún lado, y también estábamos registrando faltantes en impermeabilizantes y alguna pintura especial”, confirmó Federico Metzgar, de la constructora que lleva su apellido. “De lo que llega de afuera, está difícil conseguir porcelanato, grifería, puertas placas, amoblamiento de cocinas y baños. En cuanto a productos de fabricación nacional, revestimientos cerámicos y ladrillos es lo más importante que falta”, señaló por su parte Gonzalo Espíndola, titular de Grupo 1 y vicepresidente primero de la Asociación Empresarios de la Vivienda (AEV). “Desde el punto de vista constructivo siempre tenés que pensar en una solución complementaria por si la ideal no funciona. Al no conseguir ladrillos huecos, podés utilizar ladrillos comunes o calcáreos, de tipo retak. También se puede complementar con Durlock, aunque el ladrillo tiene mejores propiedades acústicas y térmicas”, explicó.

Corralones con poco stock

Desde Razzini Materiales ratificaron que ladrillos y cerámicos no están entrando, e incluso no aparecen proveedores sustitutos a la vista. “Teníamos un un buen stock pero fue bajando por la gran demanda y ahora se complica reponerlo, teniendo que cumplir contratos con compradores”, admitieron. A su vez agregaron que también es difícil conseguir hierro. Otro corralón que prefirió preservar el nombre admitió que no están entrando machimbre, pisos flotantes ni porcelanatos.

Desde La Elena reconocieron inconvenientes con todo tipo de ladrillos, incluidos los vistos, semivistos y hasta comunes, a lo que sumaron dificultades para abastecerse de mallas, cal y viguetas. “Que no consigas viguetas es realmente un problema serio, porque puede implicar cambios estructurales en una obra”, avisó Nazar. Respecto a los materiales que sí hay, sufrieron aumentos considerables en sus valores o en algunos casos los proveedores toman el pedido a precio abierto, lo que dificulta todavía más la venta al público.