Importaciones: mientras algunos sobrestockean, otros paran producción por falta de piezas

La creciente brecha cambiaria es una tentación para cubrirse subiendo pedidos al exterior. Pero algunos rubros ya sufren el cierre del grifo. El análisis de un experto

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En mayo las importaciones alcanzaron un máximo histórico de 7.870 millones de dólares, pero para el ex gerente de la Cámara de Importadores (CIRA), Miguel Ponce, Argentina está muy lejos de vivir un “festival de importaciones”, tal como lo definió la vicepresidenta Cristina Fernández. Es que lo que creció fue el monto producto de la inflación internacional y el notable incremento de la demanda de gas, sin embargo medido en unidades, se encuentra 22% por debajo de los valores de 2017.

Es más, advirtió que hay sectores como el automotriz, parte del electrónico y el de la construcción que ya están paralizando su producción por la escasez de insumos que llegan de afuera, y adelantó que de aplicarse el plan oficial de pisar todavía más el acceso a divisas, se correrá serio riesgo de caer en una estanflación. A continuación, la entrevista de Ecos365 al director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior Siglo XXI.

-¿Estamos viviendo un festival de importaciones como dijo la vicepresidenta?

- Los números no hablan de eso. Estamos un 7% debajo del periodo 2013-2015, y un 22% abajo de 2017. Además, el 75% de lo que entra son insumos, bienes de capital, bienes intermedios, partes y piezas, y no hay que descuidar el enorme peso de la energía que este año triplica el monto de lo que se necesitó en 2021. Además los productos terminados, de consumo, que ingresan por Licencia No Automática (LNA) están en torno al 10%.

- ¿Cómo ve estas medidas que estudia el Gobierno para restringir todavía más los dólares para el comercio exterior?

Se trata de un cepo al cepo, que fijaría un techo de u$s6.000 millones (hoy en torno a u$s8.000 millones) de importación mensual con el objetivo de intentar cumplir con la meta anual del FMI. Pero esto lo que hace es achicar las posibilidades de recuperación de los niveles de actividad. Hay una regla que todos reconocen que es que por cada punto de aumento del PBI crecen 3 puntos las importaciones. Es decir que si bajamos u$s2.000 millones las importaciones es una señal clara de que entramos en una estanflación.

- ¿Nota que la actividad, después del rebote post-covid, ya se está resintiendo?

- Hoy hay muy pocos camiones en las rutas, algo muy diferente a lo ocurrido un mes atrás. Está claro que incide la crisis del gasoil, los cortes por protestas, pero también que estamos entrando en un período de estancamiento o recesión con alta inflación. Hay que ver cómo administran esto. Cuando hay arbitrariedades para ver a quién se dan dólares y a quién no, se terminan generando heridos y opacidades. Si tengo poder para conseguir dólares a valor oficial y vendo al paralelo, el negocio es fenomenal. Por eso el gran responsable de la presión importadora es la brecha.

- ¿Ve un sobrestockeo por eso?

- Mientras exista una brecha de esta naturaleza, es muy tentador intentar sacarle dólares al Banco Central al valor oficial. Cualquiera que necesite insumos o lo que sea va a intentar conseguirlos, buscar un sobrestock, entrar más mercadería de la necesaria para el proceso productivo, porque pagás a precio de hoy y así evitás un costo mayor a futuro. Además, la falta dólares se origina en gran medida porque como se cree que su valor está atrasado, importadores no liquidan todo lo que debieran. Se calcula que hay entre u$s2.500, u$s2.700 M sin liquidar en los silobolsas. Se supone que en uno o dos meses esto se resolverá porque los chacareros necesitarán dólares para el propio proceso interno. Pero esto no ocurre por el momento.

- ¿Cómo incide el contexto internacional, con temas tan importantes como las decisiones de la FED, la invasión rusa a Ucrania, la situación de China?

Justamente, mirando las importaciones argentinas, en cantidades no hay una suba grosera, pero sí en el precio, no sólo de la energía, sino de todos los bienes que entran al país y que sufren un gran aumento del flete. Todo se agravó por invasión rusa a Ucrania, que generó incertidumbre en los mercados, a lo que se suman los cierres de puertos en China, la mayor huelga de transporte en Inglaterra en los últimos 50 años, entre otras cosas. Son elementos internacionales a considerar y que nadie sabe hacia dónde evolucionarán, pero están generando más inflación. Esto afecta mucho a emergentes, y dentro de ellos, sobre todo a la Argentina.

- La industria automotriz viene complicada por el cierre de importaciones, con varias plantas paradas. Los ensambladores en Tierra del Fuego también se quejaron por esta situación. ¿A qué otros sectores está afectando?

- A la construcción, porque ya no solo falta grifería como al principio, tampoco hay cerámica importada y una serie de elementos esenciales para las viviendas. Hay muchos desarrolladores inmobiliarios que pararon proyectos hasta que se pueda normalizar el flujo porque de este modo no pueden vender nada. Es lo que pasa también en la industria automotriz, porque faltan autopartes. Lo de los neumáticos ya es crítico, ya que históricamente Argentina usó 70% gomas de afuera y 30% nacionales. Hoy no entran del exterior y la industria nacional está parada por un conflicto sindical. Hoy hay muchos chacareros que se prestan las gomas para poder sacar la producción. También tenés el problema del gasoil. Entonces, la situación es preocupante porque muestra que no hay conciencia en la dirigencia de la gravedad de lo que pasa y de que esto no se resuelve rápidamente. Encima el marco internacional da señales de que la cosa podría agravarse todavía más. Es increíble que hoy el mundo demanda mucho más de todo lo que producimos, pero no se lo podemos vender por estas cosas.

- El problema de la restricción externa es histórico, aunque se agravó en los últimos años y creció la judicialización. ¿Cómo estamos hoy en ese aspecto? ¿Muchas empresas están planteando sus reclamos por esta vía?

- Totalmente, hay muchos recursos de amparo, no casualmente la propia vicepresidenta se refirió a esto, hablando del partido judicial porque hay 3 tribunales que acceden automáticamente y rápidamente al pedido de dólares que demandan importadores. Pero el problema es más estructural, y judicializar el reclamo nos quita competitividad internacional, ya que los honorarios del profesional que lleva la causa se termina cargando al precio final. Y ni que hablar si lo que se importa es un bien final, lo que alimenta la espiral inflacionaria.

- ¿Cómo ve el esquema que se armó a petroleras y tecnológicas para que accedan a dólares para inversiones y sueldos?

- Es un parche necesario. Hay una demanda de pymes industriales exportadoras que piden un desdoblamiento de mercado cambiario: un dólar para pymes industriales que exportan, frente a otro para las grandes. Pero son todas cuestiones que no van al fondo del problema. El Gobierno insiste en una metodología que ya reconocimos, y que fracasó, que es tratar de resolver problemas de la macro operando sobre la micro. Entonces mete cepo, cupos, limitaciones de este tipo, pero el tema central acá es la falta de dólares y la inflación. Son temas estructurales que no se encaran como deberían encararse. Por ejemplo, ¿en dónde quedó el fideicomiso del trigo para bajar el precio del pan? ¿Qué pasó con el programa de “Cortes Populares” para la carne? Ninguna de estas respuestas dio resultado.

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