Los bioinsumos ganan terreno en el mercado con retornos económicos sorprendentes

Los productos biológicos crecen con fuerza en Argentina, aunque todavía queda mucho camino por recorrer. Ventajas y beneficios de un buen manejo nutricional “combinado”. El análisis de expertos para Ecos365

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En los últimos años, los bioinsumos aparecieron en Argentina como algo novedoso y, al mismo tiempo, desconcertante. Al principio, muchos descreían de los réditos productivos y económicos que podían ofrecer los famosos “productos biológicos”, pero el paso del tiempo (y los resultados) fueron despejando las dudas a fuerza de resultados. Todavía queda mucho camino por recorrer, es cierto, pero evidentemente llegaron para quedarse.

Lo primero que aclaran los expertos es que bajo ningún punto de vista vienen a reemplazar a los productos químicos. La complementación es ideal para el crecimiento del cultivo y el mejoramiento nutricional. Así lo entiende el gerente de Desarrollo de mercados de Nutrien Solutions para Argentina, Chile y Uruguay, Hernán Borcano. “Los biológicos se suman a otras tecnologías para buscar la máxima eficiencia posible”, reconoce a Ecos365.

Sin dudas, el menor impacto ambiental es una de las virtudes de los bioinsumos, en tiempos donde la “presión” social hacia los químicos se siente cada vez con más fuerza. “Cuando uno mira un producto químico tiene un impacto específico y cuando uno observa un biológico tiene múltiples impactos que se suman para un efecto”, describe a la hora de marcar la principal diferencia quizás entre ambos. Pero, de ninguna manera, uno debe reemplazar a otro. La aplicación de fertilizantes se necesita y con este tipo de tecnologías nuevas todo se puede mejorar y potenciar.

No es sencillo explicar y entender qué es un bioinsumo. Según el Comité Asesor en Bioinsumos de Uso Agropecuario, se define como todo producto biológico que consista o haya sido producido por microorganismos o macroorganismos, extractos o compuestos bioactivos derivados de ellos y que estén destinados a ser aplicados como insumos en la producción agropecuaria, agroalimentaria, agroindustrial, agroenergética e incluso en el saneamiento ambiental agropecuario”. Algunos ejemplos son los fertilizantes biológicos (Solubilizadores de P, Fijadores de N, PGPR), los fitoestimulantes y/o fitorreguladores, el control biológico (Control de plagas y agentes biofitosanitarios) y tratamiento de subproductos agropecuarios y producción de energía.

Hernán Borcano, gerente de Desarrollo de mercados de Nutrien para Argentina, Chile y Uruguay.

Análisis y consejos

Desde el punto de vista ambiental está demostrado que tiene grandes beneficios y ventajas. Pero económicamente, ¿cuán conveniente es? Aquí también hay respuestas sorprendentes y Borcano se ocupa de brindarlas: “en general los productos biológicos y complementarios no registraron grandes cambios de precios este año y en un contexto donde los valores de fertilizantes sí aumentaron, los bioinsumos se volvieron más atractivos”. Y reveló: “hoy podemos hablar de un retorno en una inversión de fertilizante de dos a tres veces, mientras que muchas de las tecnologías de biológicos están claramente arriba de 10 veces el costo del producto”.

De todas maneras, aclaró: “las tecnologías complementarias, ya saliendo de la dicotomía entre biológico y no biológico, al productor le cuesta tomarlas porque no las considera una inversión del sistema ni la toma como una decisión de manejo normal, sino que piensa en eso ante una determinación específica, pero en el mercado hay paletas de productos que ya están en una madurez suficiente para tomarlos como parte de la decisión de manejo”. Y concluyó: “en un año complejo, lo mejor que podemos hacer es posicionar cada insumo y tecnología en un buen manejo general; no necesariamente para el productor lo mejor es gastar lo mínimo posible, sino hacerlo de forma inteligente”.

Cambio de paradigma

Seguramente deba darse un “cambio de paradigma” como ocurrió en Brasil, donde los productos biológicos ya tienen el 15% del “share”, pero la realidad indica que en Argentina vienen creciendo a pasos firmes.

El ingeniero agrónomo, fitomejorador, miembro fundador y ex presidente de ACSOJA, Rodolfo Rossi, fue otro de los consultados por Ecos365. “Es real que inevitablemente se necesita un cambio de paradigma, pero de todas maneras sabemos que por tantos kilos de soja o de maíz, se necesitan tantos kilos de fósforo o azufre y eso no va a cambiar. Nosotros planteamos que debemos aumentar la fertilización por lo menos para reponer lo que la soja se está llevando en materia de nutrientes”, explica.

En ese sentido, admite que los bioinsumos/bioestimulantes “son una parte complementaria de los fertilizantes químicos”. Al respecto, expresa: “sabemos que es un área que está creciendo en forma exponencial en otros países y aquí viene escalando fuerte; tenemos expectativas que en los próximos años se puedan consolidar localmente”.

Incluso, teniendo en cuenta las perspectivas climáticas desfavorables a partir de una sequía prolongada, Rossi remarca que los productos biológicos pueden facilitar el control de estrés hídrico. “Es un año donde se van a ver realmente las ventajas de los bioinsumos”.

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