Los tres conflictos gremiales que tensan la relación entre empresas y gremios

Una aceitera, un call center y una firma de motos acaparan la atención de las autoridades del Ministerio de Trabajo

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El conflicto sindical de Razzini parece haber llegado a su fin luego de que la Justicia primero le negara a los trabajadores despedidos su reincorporación y reencuadramiento en Camioneros Santa Fe, y luego imputara a los encargados de bloquear durante meses las sedes de la empresa. Pero todavía quedan pendientes de resolución varios conflictos en el que chocan intereses de empresas y gremios.

Buyatti

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La aceitera hace varios meses que viene complicada, pero en el último tiempo su situación se agravó luego de que se cayera el contrato a fasón que mantenía con Vicentin, así como también el pago del alquiler por el uso de su predio industrial. A principios de marzo el Ministerio de Trabajo provincial decretó la finalización de su concurso preventivo de crisis iniciado hace tres años y los titulares de la firma anunciaron su cierre definitivo.

A esta decisión se llegó luego de que no apareciera ningún interesando en quedarse con la planta de Puerto General san Martín, y que la empresa mudara su producción a las unidades productivas de Chaco y Reconquista. De esta forma, se notificó el despido de todo su personal local, pero los montos de las indemnizaciones no coincidían con lo que exige el gremio. Esto llevó a Aceiteros a decretar un paro en todo el cordón industrial, que amenazaba con poner en riesgo la salida de la cosecha.

Inicialmente la medida solo afectó la llegada de camiones a las terminales de Bunge y ADM, pero había temor a que se prolongara a Timbúes o San Lorenzo. Finalmente intervino el Ministerio de Trabajo nacional que decretó una conciliación obligatoria y puso un freno temporal a la protesta, pero no una solución definitiva, y podría haber novedades en los próximos días.

Hey Latam

Hey Latam
Hey Latam

La empresa de call center que atendía a compañías de renombre y hasta multinacionales comenzó a acumular deudas durante la pandemia especialmente con Afip y con bancos comerciales, aunque hay versiones de que el directorio comenzó a transferir clientes y activos a otra sociedad constituida en el mismo domicilio y a nombre de las mismas personas. De allí que los trabajadores comenzaron a plantear que se estaba produciendo un vaciamiento, y la crisis estalló cuando Hey Latam, que había solicitado la apertura de un concurso preventivo de acreedores, desistió de esta posibilidad y se declaró en quiebra. La Justicia dispuso de un embargo de $3,6 millones para el pago de salarios.

Para evitar su desmantelamiento, se resolvió en asamblea de trabajadores ingresar al edificio para evitar el desmantelamiento, se armó una cooperativa bajo el nombre de RecTuel y se presentó a la Justicia un plan de continuidad laboral para preservar las fuentes de trabajo. La Justicia embargó las cuentas de Hey Latam y de Key Market, la firma bajo la cual los empleados denunciaron que los dueños continuaron operando. No obstante todavía se debe resolver judicialmente la habilitación a la posesión y uso de los bienes de la empresa por parte de la cooperativa, así como el pago de salarios adeudados. Además pidieron a municipio, Provincia y Nación que se les brinde la atención líneas 0800 por la crisis sanitaria, línea 144 de Violencia de Género, 147 o 911 para sostener el trabajo.

Guerrero Motos

Guerrero Motos
Guerrero Motos

Durante buena parte de 2020 estuvo con problemas por descuentos supuestamente mal realizados y el despido de 23 trabajadores, que según la empresa estaban justificados por abandono del lugar de trabajo. Lo cierto es que se realizaron prolongados paros con cortes de calle tanto en su planta de Rosario como de San Lorenzo. De acuerdo a la firma, todo inició con un intento de robo de parte de un delegado, que se refugió en el sindicato cuando fue descubierto y detenido (luego lo liberaron pero quedó imputado).

El gremio habría respondido con amenazas y recortes a las prestaciones de la obra social a los que siguieron vinculados a la empresa y quisieron ir a trabajar, siempre según la empresa. El conflicto se judicializó y la CGT local se sumó y denunció a la firma por no asistir a las reuniones de conciliación en el Ministerio de Trabajo provincial. El conflicto está lejos de solucionarse.

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