La Municipalidad clausuró a cinco distribuidoras por distinto tipo de faltas, algunas de las cuales carecían de habilitación. Una de ellas pudo regularizar su situación y reabrir, mientras que el resto sigue con la faja de prohibición de ingreso. Los operativos se realizaron en respuesta al fuerte reclamo de almaceneros y supermercadistas rosarinos por la masiva apertura de este tipo de comercios en toda la ciudad.

Ecos365 viene dando cuenta desde comienzos de año de las quejas de comerciantes respecto a la aparición de negocios que venden elementos esenciales, en algunos casos tanto por mayor como por menor, sin entregar ningún comprobante. A ojos de sus denunciantes, no se trata de negocios de subsistencia, en el marco de una severa crisis económica, sino de espacios con una gran infraestructura, que están muy bien abastecidos de productos y exhiben un respaldo financiero tan importante como dudoso.

El tema fue planteado en numerosas reuniones realizadas entre la Unión de Almaceneros y las autoridades municipales y provinciales, al punto que en marzo la primera entregó un listado con 15 domicilios de estas distribuidoras presuntamente clandestinas para que las controlen. Las sospechas estaban puestas en que las mismas estarían violando distinto tipo de legislación, lo que les permitiría abaratar costos y vender precios por debajo de mercado.

La Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana, en conjunto con la de Gobierno, ampliaron ese listado original y conformaron otro de 32 de estos negocios, los cuales fueron inspeccionados en el último mes y medio. De ese total, en cinco se procedió a la clausura por encontrar diferentes faltas, según pudo saber Ecos365.

Un local de Juan José Paso al 5500 funcionaba sin habilitación, mientras que otro de Aristóbulo Del Valle al 2700 tenía múltiples problemas de seguridad, que incluían incumplimiento de protocolo Covid, presencia de roedores y fallas eléctricas. También sin condiciones de seguridad ni habilitación funcionaba el comercio de Génova al 6100.

Pero el caso más grave se detectó en Juan José Paso al 7300, donde había una distribuidora que tenía varias y severas irregularidades, entre ellas una vinculada a su razón social. En ese caso se procedió a hacer una denuncia ante la AFIP y debió intervenir la policía porque la situación se puso muy tensa. Por último en Gutiérrez al 2700 se había avanzado con una denuncia penal por violar una faja de clausura, pero luego los titulares regularizaron su situación.

“En algunos casos estos comercios estaban habilitados para vender bebidas, pero sumaron alimentos y productos de limpieza, es decir, comenzaron a expender más cosas de las habilitadas”, señaló la titular de Control y Convivencia, Carolina Labayru, a Ecos365. El tema lejos está de reducirse a los barrios. De hecho a algunos comerciantes también les llamó la atención que un coqueto local de avenida Pellegrini abriera con una gran variedad de rubros, casi como un supermercado. Ante las quejas, debió restringirse a otros más específicos vinculados a vinos y delicatesen.