El Salón Nacional de Artes Visuales (SNAV) dio a conocer los nombres de los ganadores del Premio Nacional a la Trayectoria Artística, que reconoce la contribución de ocho artistas visuales de la Argentina que han hecho aportes decisivos a la cultura nacional.

El jurado distinguió al rosarino Norberto Puzzolo: “En mi concepción del trabajo creativo, recibir el Premio Nacional a la Trayectoria funciona como un espejo que me devuelve una imagen necesaria: que mi trabajo es valorado por otros. La decisión fue tomada por una institución y un jurado importantes”, comentó.

“Este es un país muy poco federal donde todo se legitima en Buenos Aires, pero yo vivo y trabajo en Rosario, es mi ciudad. Estudié en el taller de Juan Grela y si bien Anselmo Piccoli, mi tío materno, vivía en Buenos Aires, su relación con Antonio Berni y la Mutualidad de los años 30, aquí en Rosario, fue de vital importancia en mi formación”, afirma el artista.

Puzzolo nació el 26 de julio de 1948. Con sólo 16 años de edad empezó a tomar clases de dibujo y pintura en el taller mencionado de Grela, donde se gestaron las líneas inaugurales de su lenguaje.

Desde entonces, tanto Grela como el pintor Anselmo Piccoli se constituyeron en los principales referentes de sus iniciativas dentro del campo del arte.

“Con Grela aprendí aquello de: pinta tu aldea y pintarás el mundo. El entorno de la producción artística rosarina de los 60 influyó en mi trabajo. Con mis compañeros del Grupo de Vanguardia realizamos acciones que pusieron a Rosario en un lugar protagónico de la escena nacional” manifestó el artista.

Asimismo asegura que otro lugar de la ciudad que ayudó a modelar su relación entre el arte y la realidad fue la emblemática Biblioteca Vigil.

Luego de su participación en el Grupo de Vanguardia de Rosario, Puzzolo se refugió en el silencio dando lugar a un período de suspensión de toda actividad vinculada con la producción artística.

A mediados de los años 70 volvió al campo de la creación eligiendo a la fotografía como medio de expresión. Pasó entonces de emplear la cámara como una herramienta de documentación y de denuncia a utilizarla en función de una producción que desarrolló de diversas formas dentro del campo de la imagen fotográfica.

“En los 70, mi labor como reportero gráfico y la mirada puesta en los duros acontecimientos de aquella época también influyeron en los trabajos que realicé cuando retomé la producción artística al llegar la democracia, luego de la sangrienta dictadura cívico militar”, afirma el rosarino.

“Que Rosario sea una cuna de artistas no es una frase hecha. Sería extensa la lista: desde los grandes maestros hasta los colegas contemporáneos y los jóvenes emergentes, que trabajaron y trabajan aquí y que trascienden al mundo”, sostiene.

Consultado por la posibilidad de describir a Rosario mediante una captura, Puzzolo sentenció que una particularidad de su trabajo es especular con la polisemia de las imágenes. “No fotografío lugares y es probable que sea una imposibilidad mía, pero las diferentes realidades que componen el paisaje rosarino, a veces muy próximas y de máximo contraste, no creo que puedan ser reflejadas en una sola toma”.

En los primeros meses del 2020, durante la primera cuarentena obligatoria, realizó la serie ‘Paisajes del encierro’, y frente a la segunda ola de contagios por Covid en Argentina, Puzzolo concluye que “la distinción llega en este momento tan especial, donde el mundo está transitando una pandemia nunca imaginada. Frente a lo dramático de la situación me sirve como incentivo, a pesar de todo, para seguir produciendo”.

Junto a Puzzolo, fueron premiados la cordobesa Anahí Cáceres (1953), los porteños Alicia Herrero (1954), Alfredo Prior (1952), Dalila Puzzovio (1943) y Leandro Katz (1938), la bonaerense residente en Salta Alina Neyman (1934), y el platense Luis Pazos (1940).