El 15 de julio de este 2020, el ministro de Salud Ginés Gonzáles García y su vice Carla Vizzotti presentaron en privado una nueva reglamentación de la ley de uso medicinal del cannabis, frente a referentes de la ciencia y el activismo. Finalmente, este jueves se oficializó la normativa mediante su publicación en el Boletín Oficial. 

Con esta nueva disposición, que modificó la ley 27.350 sancionada en la anterior gestión de gobierno, se estableció la regulación del cultivo doméstico y el expendio en farmacias de aceites y cremas producidas con esta planta. 

Además, se mejoró el artículo 8 de la mencionada ley, incluyendo la autorización del cultivo personal y en red para los usuarios, investigadores y pacientes que se registren en el Programa Nacional de Cannabis (Reprocann).

Y con esta nueva medida, surgen varias dudas respecto de los usos del aceite de cannabis y las características del producto ¿Qué efectos produce? ¿Se diferencia de los obtenidos con el uso recreativo? ¿Cuáles son sus beneficios? Todas cuestiones a revisar.

¿Cómo están compuestas las plantas?

 

Las plantas de cannabis Sativa (o la marihuana) están cargadas con una gran variedad de moléculas que proporcionan efectos diferentes. Esas moléculas conforman una familia única de compuestos químicos conocidos como cannabinoides, dentro de los cuales se pueden distinguir fundamentalmente dos tipos. 

Los dos compuestos principales que se encuentran en estas plantas son el THC y el CBD.

Los dos principales cannabinoides que se encuentran en la mayoría de los tipos de cannabis son el THC (la molécula psicotrópica que produce el efecto de euforia) y el CBD, una molécula no psicotrópica asociada a múltiples beneficios para la salud.

Se extrae el CBD, evitando el THC

 

Para beneficiarse del CBD sin el efecto que induce el THC, el cannabinoide puede extraerse de la planta de cannabis y hacer concentrados con él. Sin embargo, las cepas de marihuana que se producen en el mercado con fines recreativos normalmente no contienen suficiente CBD como para que este proceso valga la pena.

Por ello es que se utiliza cáñamo industrial, que es un tipo de cannabis criado para contener niveles insignificantes de THC y niveles elevados de CBD. Por otro lado, las plantas de cannabis orientadas al consumo recreativo pueden usarse para crear un extracto rico en THC y CBD, pero en ese caso el producto resultante se considera aceite de cannabis, no aceite de CBD.

Los efectos

 

Diversos estudios han descubierto que entre los efectos del CBD están los antiinflamatorios, antioxidantes, neuroprotectores y anticonvulsivos.

El aceite de CBD influye en muchas funciones fisiológicas.

Se cree que el cannabinoide logra estos efectos a través de múltiples mecanismos. El CBD interactúa con un sistema modulador del cuerpo que influye en muchas funciones fisiológicas, como el apetito, el estado de ánimo, el metabolismo y la inmunidad.

Aunque existen variantes con cantidades reducidas de THC, este compuesto ofrece algunas propiedades realmente medicinales. Algunos consumidores prefieren el aceite de cannabis para tratar sus síntomas precisamente por el efecto psicotrópico, que puede proporcionar en algunas personas un remedio muy potente para el estado de ánimo bajo, el insomnio y el estrés.

El THC también ejerce efectos contra las náuseas y puede abrir el apetito, lo que lo hace extremadamente útil para las personas que experimentan los efectos secundarios de medicamentos como la quimioterapia.

Aceites crudos y purificados

 

Hay dos categorías principales para los aceites de CBD que se pueden conseguir en el mercado: los crudos y los purificados.

Hay aceites crudos y purificados.

Los productos disponibles en forma cruda tienen un color verde-marrón. Estos extractos contienen CBD y terpenos, pero también clorofila, ceras y lípidos, lo que reduce la concentración de CBD en cada dosis y da como resultado una consistencia líquida no uniforme.

La segunda categoría es el aceite de CBD purificado de "calidad dorada". Esta diferencia de color se debe a un proceso conocido como "winterización", que elimina la clorofila, las ceras y los lípidos, dejando un producto final reluciente.

Hay mucha información al respecto de este producto y sus múltiples usos, y sin dudas una de las cuestiones centrales es saber diferenciar entre las formas en las que se puede aprovechar para mejorar la salud, de aquellas que sólo se refieren a un uso recreativo. 

Por esto es importante destacar la lucha de las organizciones que desde hace años buscaron la reglamentación del uso medicinal y el autocultivo, pensado para tratar diferentes afecciones que complican la salud de muchas personas.